México y Estados Unidos coincidieron hoy en la necesidad de actuar como «socios corresponsables» y mantener su «estrecha cooperación» para luchar contra el narcotráfico y la violencia asociada con las acciones del crimen organizado.
El compromiso fue asumido durante la reunión que mantuvieron hoy en esta capital el presidente de México, Enrique Peña Nieto, y el de EE.UU., Barack Obama, quien llegó hoy a esta ciudad en una visita de trabajo que se prolongará hasta mañana por la mañana.
Obama y Peña Nieto, acompañados de altos funcionarios de los dos países, revisaron hoy cara a cara, por primera vez desde que ambos son mandatarios, un tema en el que México es la principal víctima pero en el que está fuertemente vinculado a Estados Unidos.
Ello porque muchas de las drogas que se producen en México o que se trasiegan por este país tienen el mercado norteamericano como destino. Además, la nación vecina es una de las principales fuentes para el abastecimiento de armas destinadas a los delincuentes.
La reunión se llevó a cabo en medio de un replanteamiento del Gobierno mexicano en este tema, que incluye la centralización de la cooperación en materia de seguridad en el «superministerio» encabezado por Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación.
El ministro estuvo presente en la reunión de Obama y Peña Nieto, así como el fiscal general de México, Jesús Murillo Karam, y el director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), Eugenio Imaz, tres figuras clave en materia de seguridad.
En una rueda de prensa que ofrecieron Obama y Peña Nieto después de la reunión, ambos coincidieron en estrechar su colaboración para combatir el crimen organizado, cuyas acciones causaron en México unos 70.000 muertos en los últimos seis años.
Esa cooperación, afirmó Peña Nieto, se hará bajo el principio de «respeto mutuo» y con el objetivo de «lograr mayor eficacia en la estrategia de seguridad».
«La nueva estrategia en materia de seguridad en nuestro país tiene un claro propósito: combatir al crimen organizado bajo cualquier modalidad», aseguró el presidente mexicano, que asumió el poder el pasado 1 de diciembre.
Obama apoyó esa postura, aunque, al igual que Peña Nieto, no abundó sobre qué herramientas nuevas se utilizarán para reforzar la cooperación. «Estamos de acuerdo en continuar con una estrecha cooperación en seguridad», indicó.
El punto también fue recogido en la declaración presidencial conjunta, que colocó este tema en su parte final, a tono con el propósito de México de intentar «desnarcotizar» sus vínculos con su principal socio comercial.
«Los presidentes reafirmaron su compromiso de actuar como socios corresponsables a través de un renovado enfoque de colaboración para la seguridad ciudadana», dice la declaración que firmaron Obama y Peña Nieto.
También destacó algo en lo que viene insistiendo el Gobierno de Peña Nieto, que consiste en atajar de raíz este problema y actuar sobre la prevención, a la vez de fortalecer las instituciones de justicia mexicana, que sufren de grandes carencias.
Los líderes también «enfatizaron la importancia de continuar actuando contra la delincuencia organizada transnacional, de mayores esfuerzos contra los flujos financieros ilegales y el tráfico de armas, y de las medidas para reducir el consumo de drogas y sus consecuencias», sostiene la declaración final.
Tanto Obama como Peña Nieto fueron parcos en este tema. El gobernante mexicano dijo que a partir de esta colaboración, se buscará «ordenar e institucionalizar» la estrategia conjunta, a la vez de «establecer canales claros y únicos» para esa cooperación.
Se trata, agregó Peña Nieto, de «ser más eficaces», «lograr mejores resultados», y en ese sentido «ha habido un importante entendimiento con el Gobierno de Estados Unidos».
La rueda de prensa se llevó a cabo en el Salón Tesoro del Palacio Nacional, sede del Gobierno y situado en la céntrica plaza del Zócalo. Estaba repleta de periodistas y, en primera fila, altos funcionarios de los dos países.
Ambos presidentes coincidieron en la necesidad de reducir el flujo de armas que llegan a México desde Estados Unidos y que terminan en manos de los narcotraficantes.
Obama dijo que seguirá empeñado en fijar límites legales para el control de armas, porque reconoció que no sólo afecta a México, sino a su propio país, uno esfuerzos que ensalzó Peña Nieto, aunque evitó ir más allá porque lo consideró un tema interno de Estados Unidos.
Pero, de momento, «no habremos de esperar a que esto ocurra», agregó Peña Nieto, y dijo que ya se está trabajando con «más inteligencia» y cooperación a fin de lograr una «frontera segura» que permita cortar el trasiego de armas.
México, 2 may (EFE).-