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México quiere una «nueva etapa» en las relaciones norteamericanas

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Los presidentes de México, Enrique Peña Nieto (i); de Estados Unidos, Barack Obama (d), y el primer ministro de Canadá, Stephen Harper, celebrarán el 19 de febrero la VII Cumbre del TLCAN en la localidad mexicana de Toluca. EFE/Archivo
Los presidentes de México, Enrique Peña Nieto (i); de Estados Unidos, Barack Obama (d), y el primer ministro de Canadá, Stephen Harper, celebrarán el 19 de febrero la VII Cumbre del TLCAN en la localidad mexicana de Toluca. EFE/Archivo

México planteará la próxima semana en la cumbre del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que las relaciones entre su país, Canadá y Estados Unidos deben entrar en una nueva etapa, según declaró el embajador mexicano en Canadá, Francisco Suárez Dávila.

Los presidentes de México, Enrique Peña Nieto; de Estados Unidos, Barack Obama, y el primer ministro de Canadá, Stephen Harper, celebrarán el 19 de febrero la VII Cumbre del TLCAN en la localidad mexicana de Toluca, que coincide con el vigésimo aniversario del acuerdo comercial entre los tres países.
En una entrevista con Efe, Suárez Dávila dijo que de cara a la reunión bilateral entre Harper y Peña Nieto, y la trilateral, también con Obama, lo que intentan enfatizar es la «gran agenda» que tienen por delante, y que la relación entre Canadá, México y Estados Unidos «necesita entrar en una nueva etapa».
«El TLCAN fue muy exitoso. Las cifras de comercio e inversión son espectaculares. Pero no podemos dormirnos en los laureles. Hay que hacer algo nuevo, novedoso. Y este es el nuevo concepto de América del Norte como una región dinámica, competitiva. Eso es lo que vamos a enfatizar en las próximas reuniones de líderes».
Suárez Dávila explicó que la relación entre Peña Nieto y Harper es «excepcionalmente amistosa» pero también dejó claro que Canadá necesita resolver el tema de la imposición de visados a los ciudadanos mexicanos, porque es un asunto «irritante» en las relaciones entre los dos países.
«Diría que la relación con Canadá es realmente muy favorable, muy cordial y desde luego, a nivel personal, excepcionalmente amistosa».
«Desde que el presidente, todavía electo, Peña tuvo la primera reunión con el primer ministro Harper poco antes de la toma de posesión en México, hubo muy buena química entre los dos, hubo mucha simpatía personal», dijo el diplomático.
Desde que Suárez Dávila llegó a Ottawa, hace siete meses, se ha embarcado en una «cruzada» para presionar a las autoridades mexicanas a que eliminen los requisitos de visado a los mexicanos y que Canadá impuso de forma inesperada en 2009.
El embajador ha llegado a declarar en las últimas semanas que las relaciones bilaterales entre Canadá y México están «estancadas» y «sin dinamismo» en parte por el problema de los visados.
Canadá justificó la decisión por el aumento de las peticiones de refugio procedentes de México, pero las autoridades mexicanas criticaron la dureza de la medida y la forma en que la anunció Ottawa.
«En el tema de las visas, que para nosotros es un irritante, yo diría que (resolverlo) es más en el interés de Canadá que de nosotros. Nosotros tenemos flujos muy importantes de turistas canadienses hacia México, de 1,7 millones de personas».
«Pero los que están sufriendo y lo están diciendo cada vez más, es el turismo hacia Canadá. A todos los niveles. Están perdiendo negocios, viajeros, ingresos y divisas. El perdedor de esto es Canadá, no México», aseguró.
Por ello, Suárez Dávila está convencido que «pronto» Canadá cambiará su política.
«Se podría realizar un avance importante con la ocasión de la visita (de Harper) pero no me atrevo a hacer un pronóstico» explicó.
Suárez Dávila dijo preferir concentrarse en «la gran agenda» norteamericana, especialmente en lo que se refiere al terreno energético gracias a los recientes descubrimientos de grandes reservas de gas no convencional (shale) en Estados Unidos y México.
«Eso supone -declaró- un cambio político inmenso, porque México y Estados Unidos podremos producir gas a 4 dólares, lo que nadie hace a ese precio. Supone un enorme estímulo para la reindustralización, el desarrollo manufacturero de los tres países».
«México podrá generar energía eléctrica, limpia y barata» añadió.
Pero Suárez Dávila también se mostró crítico con declaraciones como las del ministro de Recursos Naturales de Canadá, Joe Oliver, que recientemente puso a México en el mismo nivel que Venezuela a la hora de competir con Canadá en el suministro energético a EE.UU.
«Lo que los canadienses no están tomando en cuenta es que EE.UU. no va a requerir importaciones ni de Canadá ni de México, porque va a ser autosuficiente en energía. Lo que tiene sentido es que los tres países vean la forma de complementarse y encontrar mercados afuera», afirmó.
El embajador mexicano también apuntó que su país quiere modernizar el TLCAN a través de otros acuerdos comerciales que los tres países norteamericanos están negociando, como el Trans-Pacific Partnership (TPP).
Y que tiene sentido una «cláusula de convergencia» entre los tres países norteamericanos si los tres firman acuerdos de libre comercio con Europa.
Julio César Rivas/Toronto (Canadá), 13 feb (EFE).-

 

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