El gobierno de México elevó el lunes el número de casos de coronavirus en el país a 2.439, con al menos 125 muertos, e insistió en sus llamamientos a quedarse en casa, mientras que el estado norteño de Coahuila pidió usar cubrebocas en todo momento e incrementó los controles carreteros para tomar la temperatura.
Además, las autoridades de salud exhortaron a respetar a todos los trabajadores sanitarios del país, después de que en algunos puntos hubiera hostigamiento y amenazas contra médicos y enfermeras por temor a que contagiaran a otros ciudadanos.
Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud y vocero oficial para la pandemia, dijo que fueron casos “aislados” pero “todos indignantes”, porque eran actos contra los profesionales de los que hoy en día depende toda la sociedad.
La semana pasada, en un poblado de Morelos, un estado al sur de la capital, algunos manifestantes amenazaron con quemar un hospital si recibía a pacientes con la enfermedad COVID-19, la cual es causada por el coronavirus.
López-Gatell no dijo a qué sucesos se refería, pero lanzó un contundente mensaje “de indignación y de exigencia de que esto no ocurra, es totalmente punible, sancionable y no será permitido”.
Mientras tanto, la iniciativa privada siguió insistiendo en que las medidas económicas anunciadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador este fin de semana para hacer frente a la crisis son incompletas.
Manuel Molano, director del Instituto Mexicano para la Competitividad, señaló una falta de conexión entre el alcance de las propuestas y la dimensión del golpe económico que México recibirá.
“El presidente no está entendiendo la magnitud de la crisis”, afirmó.
Pero pese a las críticas o las acciones de otros países, López Obrador insistió en los beneficios de sus propuestas, las cuales prevén ampliar programas sociales y reforzar las medidas de austeridad del gobierno, así como evitar ampliar la deuda pública.
Por otro lado, para echar mano de todos sus recursos sanitarios, Cuba distribuirá entre la población vulnerable gotas de un fármaco homeopático llamado Prevengho-Vir para luchar contra el impacto del COVID-19, informaron el lunes las autoridades isleñas.
La sustancia pone en mejores condiciones al cuerpo ante el virus, pero no constituye una cura, aclaró el director de Epidemiología de la isla, Francisco Durán.
“Permite incrementar las defensas del organismo ante una enfermedad determinada… no excluye las medidas de prevención. No evita el contagio”, explicó.
La noticia generó comentarios en las redes sociales, incluyendo la confusión de que podía significar alguna suerte de vacuna.
“Lo peor es que ya hay algunas personas mayores (como mis padres) pensando que esto los hará inmunes al COVID-19 y se molestan si tratas de hacerlos entrar en razón”, escribió una mujer de nombre Helly Raven en su cuenta de Twitter.
Durán indicó que el producto no se venderá en las farmacias, sino que se distribuirá a través de los consultorios de las familias, el primer nivel del sistema de salud _universal y gratuito_ que existen en cada cuadra.
La isla registra 341 contagios y nueve fallecidos.
Por su parte, la cancillería guatemalteca suspendió durante la semana la mayoría de los vuelos de deportados procedentes de Estados Unidos.
La cancelación se debe a la alerta mundial por el COVID-19 y las nuevas disposiciones ordenadas por el gobierno, entre ellas, sólo recibir 25 migrantes por avión con un certificado en el que conste que no padecen síntomas de la enfermedad y que los deportados residan sólo en el departamento de Guatemala, señaló Joaquín Samayoa, vocero de la institución.
El presidente Alejandro Giammattei dijo el lunes que la cifra de contagios ascendió a 71, más 3 fallecidos. Del total de casos, agregó, 17 personas se han recuperado, entre ellas una niña de 3 años que fue dada de alta junto con sus padres.
“Lo peor está por venir las próximas semanas”, afirmó, y exhortó a la población a quedarse en casa.
Chile, con 4.815 contagiados, desde esta semana maneja en secreto sus compras de insumos médicos, especialmente la de respiradores mecánicos, cuya adquisición ha desatado una virtual guerra entre países de casi todos los continentes.
“Hemos decidido, dado que se ha declarado una suerte de guerra de los respiradores en el mundo con incautaciones, manejar esa información en estricto secreto para precisamente proteger la llegada de ese equipamiento a nuestro país”, dijo la víspera el ministro de Salud, Jaime Mañalich, al ser interrogado sobre el arribo al país de 500 ventiladores donados por China.
Chile, con 344 casos nuevos y 37 muertos, mantiene a 270 personas conectadas a ventiladores, de las cuales 36 están en estado “crítico”.
La subsecretaria de Salud, Paula Daza, informó que “hoy tenemos 255 cupos de ventilación mecánica en la red pública que pueden ser utilizados por cualquier paciente del país”.
Panamá reportó a su vez 2.031 casos de COVID-19, con 55 fallecidos y 14 recuperados.
El Ministerio de Salud precisó que en el último día se reportaron 112 casos, la cifra más baja de nuevos infectados en los últimos seis días.
Por su parte, el Ministerio de Seguridad Pública informó que más de 6.600 personas fueron detenidas en poco más de dos semanas por incumplir las medidas de aislamiento social, las cuales se han endurecido en los últimos días y sólo permiten a los panameños salir tres días a la semana a comprar alimentos o medicamentos en horario que depende del último número de su cédula.
En cuanto a Bolivia, los casos se incrementaron en 11, llegando a un total de 194 y 14 fallecimientos por la enfermedad. Un 80% son contagios de forma local, mientras que los restantes son importados.
La región de Santa Cruz, al este, es la zona más productiva del país, y es la que concentra 100 de las personas contagiadas. El secretario de Salud de la Gobernación, Óscar Urenda, dijo que es el departamento donde se prevé que haya un “turbión de casos”.
Mientras tanto en el país se inició el debate de ampliar el tiempo de cuarentena total, el cual comenzó hace tres semanas y se tiene previsto que dure hasta el 15 de abril.
Desde Venezuela, las autoridades anunciaron que el número de personas infectadas subió a 165.
Habrá toque de queda en las poblaciones de San Antonio de Táchira y Ureña, cercanas a la frontera con Colombia, que comenzará a regir desde las 8 de la noche del lunes y hasta las 10 de la mañana del día siguiente, indicó el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, en una transmisión de la televisora estatal. A partir del martes empezará a las 4 de la tarde.
La decisión fue acordada tras la detención de tres presuntos paramilitares y un supuesto mercenario que habrían tratado de ingresar entre más de mil venezolanos que han retornado al país en las últimas horas por el estado fronterizo del Táchira, precisó el ministro.
Por la tarde, el principal gremio de la industria de transporte aéreo internacional expuso el impacto adverso que tendrá la casi total paralización de la actividad en América Latina y el Caribe a consecuencia de la pandemia, e instó a los gobiernos a poner en marcha medidas de alivio financiero para el sector.
En una conferencia virtual con periodistas en Panamá, el vicepresidente de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA, por sus siglas en inglés) para las Américas, Peter Cerdá, estimó una disminución de los ingresos del negocio en la región por el orden de los 15.000 millones de dólares y una caída de 41% de la demanda de pasajeros este año en relación con el 2019.
“Muy pocas compañías tiene una caja que pueda sostener más de seis meses una operación completamente pagada”, aseguró Cerdá, cuya asociación representa alrededor de 290 líneas aéreas, un 82% del tráfico aéreo global.
Por la noche, el presidente colombiano Iván Duque dijo que la cuarentena obligatoria prevista hasta el 13 de abril se ampliará hasta el 27. Agregó que habló con sus homólogos de Ecuador, Chile, Paraguay, Uruguay y con el canciller de Perú para tratar de temas de interés común, como conseguir más pruebas para detectar el virus e insumos médicos. También hablaron sobre temas económicos.
Hasta el momento hay 1.579 y 46 muertos en Colombia.
El general Carlos Rodriguez, director de la Policía de Carreteras, señaló más temprano que en dos días más de 450 vehículos particulares fueron inmovilizados y sus conductores multados con 240 dólares por no acatar la orden presidencial de no salir de las ciudades y respetar la cuarentena.
“Pensaron que se iban de vacaciones y no respetaron la norma… En lo que va de la cuarentena obligatoria hemos sancionado con dinero a 5.700 conductores, aunque ellos indican que salieron de las ciudades para aislarse del virus en sus fincas o casas de recreo”, agregó.
La ministra de Transporte, Ángela María Orozco, habló sobre la movilización de comida.
“Los colombianos pueden estar tranquilos, no hay desabastecimiento de alimentos y para nosotros los transportadores de carga que cumplen la misión de llevar los alimentos por las carreteras de nuestro país, son unos héroes, como son los médicos, enfermeras, la fuerza pública”, añadió.
En El Salvador, el presidente Nayib Bukele dijo en cadena nacional de radio y televisión que la cifra de contagios por coronavirus subió a 78 personas, más 4 fallecidos y cinco recuperados.
El mandatario lamentó que no se esté acatando totalmente la cuarentena, y anunció que les ha dado instrucciones a los ministros de Seguridad Pública y de Defensa para que sean más estrictos “con los que están violando la cuarentena; no importa su estatus, lo detienen y lo llevan a los Centros de Contención”.
Al concluir su mensaje a la nación, Bukele le ordenó al gabinete de Salud emitir un nuevo decreto ejecutivo para prolongar la cuarentena nacional por 15 días más, y advirtió que el gobierno será más estricto para garantizar su cumplimiento.
“No nos dejen solos, no nos dejen la carga sólo al gobierno; es tan fácil como quedarse en casa”, afirmó.
En Latinoamérica y el Caribe hay más de 31.100 contagiados y han muerto más de un millar personas por el coronavirus.
La pandemia ha infectado a más de 1,3 millón de personas y causado la muerte a más de 73.900 en todo el mundo, según el Centro de Ciencias e Ingeniería de Sistemas de la Universidad Johns Hopkins, que basa sus datos en los informes de los gobiernos y las autoridades de salud de cada país.
En la mayoría de la gente el nuevo coronavirus provoca síntomas leves o moderados que desaparecen en dos a tres semanas. Pero en algunas personas, sobre todo los adultos mayores y quienes padecen trastornos de salud subyacentes, puede causar enfermedades más graves e incluso la muerte.