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“Me siento libre”: exembajador de Nicaragua tras rebelarse ante Ortega

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“Me siento libre”: exembajador de Nicaragua tras rebelarse ante Ortega
Arturo McFields, luego de denunciar al gobierno de su país como dictador, fue desvinculado del cargo.

“¡Me siento libre! ¡Me siento libre, en el nombre de Jesús! ¡Libre!”, exclamó el hasta hoy embajador de Nicaragua ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), Arturo McFields, que se rebeló contra el Gobierno de Daniel Ortega con un duro e inesperado alegato en el que denunció la “dictadura” en su país y exigió la liberación de los opositores presos.

En una entrevista virtual con el portal 100 % Noticias, el nicaragüense explicó que tomó la decisión de rebelarse contra el Ejecutivo de Ortega este miércoles durante una sesión telemática ordinaria del Consejo Permanente de la OEA, por razones humanitarias al conocer el sufrimiento de los “presos políticos”.

“No fue fácil. Tengo miedo porque sé de lo que son capaces. Tengo miedo, pero no podía seguir defendiendo lo indefendible, y creo que los que están presos, los que están enfermos, con hongos en sus pies, con enfermedades crónicas, pudriéndose en una cárcel, no se lo merecen”, señaló.

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McFields, un periodista de profesión, se declaró especialmente impactado con el testimonio de la dirigente opositora encarcelada Támara Dávila, quien tiene una hija de cinco años y en los nueves meses que lleva encerrada no le han permitido verla.

“Ese testimonio me hizo llorar en la madrugada en mi casa y dije: (tiene) la misma edad de mi niña, con la diferencia de que a mi niña voy, la abrazo, la beso, hago mis oraciones con ella, pero Támara Dávila no puede ver a su hija, no la puede abrazar”, relató.

“¿Que ideología puede justificar eso? Eso ya no es político, ya es otra cosa. Y los que somos cristianos sabemos de qué hay cosas que no tienen justificación (…) Impedirle a una madre que vea a su hija de cinco años, no es política, no es justicia, eso es otra cosa”, reprochó.

“LUCHA ESPIRITUAL”

Aseguró que antes de hoy llevaba 15 días sin dormir bien, que solo hablaba con su esposa y que se encontraba en una “lucha espiritual”.

Ahora, tras su histórico discurso en la sesión de la OEA, McFields dijo sentirse feliz, en paz, que podrá dormir tranquilo, y que su hija tiene “un padre al que pueda admirar”.

Asimismo, sostuvo que dentro del Gobierno de Ortega “hay muchos que anhelan esa libertad, pero no todo mundo quiere hablar”, y que miles han optado por renunciar en silencio.

En su caso, dijo que si iba a cometer “un error, lo voy a cometer en grande” y no se iría callado del Gobierno, y que ahora se siente en paz consigo mismo, aunque “oficialmente desempleado”.

LE OFRECEN ASILO

McFields contó que el embajador de un país, que no identificó, le ofreció asilo político, el cual, dijo, aún no ha valorado.

También matizó que puede regresar a Nicaragua, “pero no puedo salir”, porque el funcionario que llega al país “le quitan el pasaporte y en el caso mío me tienen reservado una celda especial en El Chipote”, una prisión de la Dirección de Auxilio Judicial de la Policía Nacional.

Además rechazó que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos «le está dando miles de dólares», como comentan los partidarios de Ortega.

“No existe, sino sé que voy a comer mañana. No tengo el cuadro rayado”, sostuvo.

Aseguró que un funcionario del Gobierno le advirtió que se preparara “porque van a desplegar una campaña de matar al mensajero, que como no pueden matar mis ideas, van a tratar de matarme moralmente, de desacreditarme, que soy ‘contra’, un mercenario”, lo cual minimizó, porque “la gente que me quiere, me conoce”.

ANHELA VIVIR EN DEMOCRACIA

Por otro lado, dijo no sentir odio por el Gobierno sandinista, pero que anhela que Nicaragua “vuelva a ser República”, donde se celebren elecciones libres y circulen periódicos, porque, argumentó, “el que conoció la democracia, le gusta vivir en democracia”.

Hizo un llamado a los trabajados del Estado a “que la esperanza sea más fuerte que el temor” y a “que logremos derrotar el miedo y podamos triunfar con la esperanza”.

Ortega nombró a McFields como embajador ante la OEA en octubre del año pasado, después de que el organismo exigiera a Nicaragua la liberación “inmediata” de los opositores presos de cara a los comicios presidenciales del 7 de noviembre.

Sin embargo, la relación entre la OEA y Nicaragua no mejoró, hasta el punto que Managua anunció en noviembre su salida del organismo, que no reconoció el resultado de los comicios en los que Ortega se impuso por un quinto mandato.

Tras sus palabras, el Gobierno de Nicaragua se deslindó de la figura de McFields y aseguró que su representante ante la OEA es Francisco Campbell Hooker, embajador en Estados Unidos.

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