El Director de un Servicio de Ambulancias Israelí ha confirmado que más de 40 personas murieron en una estampida en un festival religioso en el norte de Israel.
Eli Beer, director de Hatzalah, aseguró que había entre cuatro y cinco veces el número de personas que deberían haber entrado en un lugar como este. “Cerca de 40 personas murieron como resultado de esta tragedia”, afirmó.
El desastre ocurrió en las celebraciones de Lag BaOmer, una festividad en la que decenas de miles de personas, en su mayoría judíos ultraortodoxos, se reúnen para honrar al rabino Shimon Bar Yochai, un sabio y místico del siglo II que está enterrado allí. Grandes multitudes tradicionalmente encienden hogueras, rezan y bailan como parte de las celebraciones.
El primer ministro, Benjamin Netanyahu, lo calificó como una «gran tragedia» y aseveró que todos estaban orando por las víctimas.
El incidente ocurrió después de la medianoche y la causa de la estampida no estaba clara de inmediato. Los videos que circulaban en las redes sociales mostraban un gran número de judíos ultraortodoxos apiñados en espacios reducidos.
Zaki Heller, portavoz del servicio de rescate Magen David Adom, comunicó que 150 personas fueron hospitalizadas y confirmó que hubo algunas muertes.
Heller agregó que “nadie había soñado jamás” que algo como esto pudiera suceder. “En un momento, pasamos de un evento feliz a una inmensa tragedia”.
Las fotos de la escena mostraban filas de cuerpos envueltos.
El ejército israelí anunció que había enviado médicos y equipos de búsqueda y rescate junto con helicópteros para ayudar con un «incidente de víctimas masivas» en el área. No proporcionó detalles sobre la naturaleza del desastre.
Fue la primera gran reunión religiosa que se celebró legalmente desde que Israel levantó casi todas las restricciones relacionadas con la pandemia de coronavirus. El país ha visto caer los casos desde que lanzó una de las campañas de vacunación más exitosas del mundo a fines del año pasado.
No obstante, las autoridades sanitarias advirtieron contra la celebración de una reunión tan numerosa.
Pero cuando comenzaron las celebraciones, el ministro de Seguridad Pública, Amir Ohana, el jefe de policía Yaakov Shabtai y otros altos funcionarios visitaron el evento y se reunieron con la policía, que había desplegado 5.000 fuerzas adicionales para mantener el orden.