Las autoridades mexicanas elevaron hoy a 120 el número de muertos por el terremoto de magnitud 7,1 en la escala de Richter que sacudió hoy con violencia el centro del país.
De acuerdo con cifras preliminares de las autoridades estatales, 54 muertes se registraron en el estado de Morelos, 26 en Puebla, ocho en Estado de México y cuatro en la capital. Con el pasar de los minutos, la cifra de muertos sigue aumentando.
El secretario de Gobierno de Morelos, Matías Quiroz, informó de la muerte de 54 personas en ese estado del centro de México, «siendo el municipio de Jojutla el que mayor impacto ha tenido».
También señaló a Milenio Televisión que se registró la caída de un puente en la carretera que conecta la Ciudad de México con el puerto de Acapulco, a la altura del municipio de Xochitepec, y de otro en la autopista que va de Tepoztlán hacia Cuautla.
«No hay paso» en dichas infraestructuras, apuntó el funcionario, quien llamó a la ciudadanía a utilizar vías alternas.
Quiroz añadió que el sistema hospitalario se encuentra en valoración, mientras que ninguna escuela colapsó en Morelos.
En Puebla, el gobernador José Antonio Gali actualizó a 26 la cifra de fallecidos, mientras que en la capital del país, las autoridades reportaron 4 muertes y 29 edificios colapsados y 50.000 agentes de seguridad participando en las labores de rescate.
Los equipos de emergencia se esfuerzan por rescatar a las personas atrapadas en los edificios derrumbados en Ciudad de México, en medio de un caos circulatorio que dificulta el paso de ambulancias y por el temor a que se produzcan nuevos temblores.
El sismo, que causó escenas de pánico, coincidió con el 32 aniversario del poderoso terremoto que causó miles de muertos en 1985 y apenas dos horas después de un simulacro de un movimiento telúrico en todo el país.
También ocurrió solo unos días después de que el 7 de septiembre pasado otro poderoso terremoto, de magnitud 8,2, el más fuerte desde 1932, dejó 98 muertos en el sur del país; 78 en Oaxaca, 16 en Chiapas y 4 en Tabasco.
El mandatario pidió no usar la electricidad para evitar posibles explosiones en las zonas afectadas, entre ellas la capital.
«Es importante verificar y cortar el suministro de gas. Hemos tenido registro de varias explosiones en varias casas y viviendas, y en la Ciudad de México», dijo el gobernante.
A punto de sobrevolar la Ciudad de México para valorar desde el aire las afectaciones en la capital, el mandatario también instó a la gente a regresar a sus hogares y no colapsar las vías públicas, a fin de permitir el trabajo de los equipos de rescate.
Sin dar cifras de daños o víctimas, habló de damnificados y de edificios colapsados. Se reportan decenas de construcciones total o parcialmente derruidos en la Ciudad de México, en las colonias (barrios) de La Condesa, Del Valle, Narvarte, Centro, Coyoacán y Xochimilco.
Peña Nieto pidió a la población seguir las indicaciones de Protección Civil y afirmó que ya se ha instalado el mando de acción de este organismo en el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred).
El temblor generó numerosas escenas de pánico en la capital del país y ocurrió dos horas después de que la ciudadanía saliera a las calles de todo el territorio nacional en un simulacro conmemorativo del terremoto de 1985 de magnitud 8,1, que dejó miles de muertos.
Este sismo sigue al del 7 de septiembre, el más poderoso desde 1932 en el país, dejó 98 muertos en el sur del país; 78 en Oaxaca, 16 en Chiapas y 4 en Tabasco.
El mismo día en que se cumplen 32 años del del poderoso terremoto de 1985, que dejó miles de muertos, México sufrió hoy un nuevo temblor de una magnitud de 7 en la escala de Richter que destruyó edificios y provocó un pánico generalizado con miles de personas en las calles temerosas de volver a sus casas.
«Lo sentí muy fuerte, estábamos en el piso siete y el edificio se movió demasiado», explicó a una agencia de noticias la oficinista Ivonne Solís, quien no pudo salir del inmueble hasta que terminó el temblor con epicentro en el céntrico estado de Morelos, muy cerca de la capital.
La joven, todavía asustada, reflejaba el sentir general de los 20 millones de habitantes del área metropolitana la Ciudad de México, una de las metrópolis más pobladas del mundo.