El soldado Bradley Manning se declaró hoy culpable de filtrar documentos clasificados, aunque evitó inculparse de los cargos más graves, y reconoció que pasó información a WikiLeaks para «abrir un debate público» sobre el papel de Estados Unidos en el mundo.
Por primera vez desde que comenzaron las audiencias preparatorias del proceso que se seguirá contra él, Manning explicó en una intervención de más de una hora cómo en 2010 filtró informes de las guerras de Irak y Afganistán, cables diplomáticos del Departamento del Estado y videos secretos de ataques aéreos en el teatro de guerra.
«Quería abrir un debate público sobre el papel de las Fuerzas Armadas y la política exterior de Estados Unidos», indicó Manning en su intervención, poco después de que su abogado civil, David Coombs, indicara que el soldado de 25 años se declaraba culpable de 10 de los 22 cargos de que le acusa el Gobierno estadounidense.
Estos cargos conllevarían 20 años de prisión en el juicio que se espera que comience en junio, una pena menor comparada con la cadena perpetua que le acarrearía el cargo de «ayuda al enemigo», del que Manning se declaró «no culpable».
Manning, a quien la juez Denise Lind preguntó si entendía las implicaciones de declararse culpable, entre ellas una condena cierta, confesó haber facilitado información clasificada a WikiLeaks en repetidas ocasiones.
Tras más de siete horas de sesión, la juez Lind aceptó la declaración de culpabilidad de Manning por lo que el procedimiento podrá continuar hasta el inicio del juicio que se espera en junio, en el que la acusación puede aún perseguir la condena por los 22 cargos.
En un intercambio con la coronel Lind, Manning reconoció que sabía que estaba violando la ley cuando decidió enviar información a WikiLeaks.
«¿Entiende que si todo el mundo hace lo que usted hizo el sistema se viene abajo?», le preguntó la coronel Lind, a lo que Manning respondió de forma afirmativa, tras reconocer el perjuicio de sus acciones a la «disciplina y buen orden» militar.
Manning aceptó que «tenía alternativas» para transmitir sus preocupaciones por la manera de actuar de las Fuerzas Armadas estadounidenses, como acudir a sus superiores.
El soldado dijo que con sus filtraciones de información, que primero intentó transmitir a los diarios The Washington Post y The New York Times, quería poner de relieve «el desprecio de la vida humana» que mostraban algunos militares al aplicar las normas de ataque en los conflictos de Irak y Afganistán.
«Pensaba y todavía pienso que estos son algunos de los más importantes documentos de nuestra era», indicó Manning, quien consideró que es necesario que el público conozca cómo operan las Fuerzas Armadas estadounidenses en el exterior.
Especialmente le impactó el video conocido como «Collateral Damage», que muestra el ataque aéreo contra un convoy en Irak en el que fallecieron dos reporteros de la agencia Reuters, y que filtró a la web WikiLeaks, la cual lo publicó en abril de 2010 y disparó la popularidad de este sitio de filtraciones y puso al Pentágono en alerta.
«Eran como niños torturando a hormigas con una lupa», recordó Manning, quien quedó impactado por «el desprecio a la vida» y «el aparente placer por la sangría» de los militares implicados en ese ataque, donde se disparó también a las personas que acudieron en ayuda.
Manning dijo que su deseo era que el mundo conociera que EE.UU. «se había obsesionado con matar gente» en sus operaciones antiterroristas en Irak y Afganistán y eso le desmoralizó.
También opinó que mucha de la información que manejaba y filtró no era especialmente «sensible» para la seguridad nacional estadounidense y pese a que tenía el sello de «clasificada».
Manning, que desde su detención en mayo de 2010 lleva más de mil días en prisión a la espera de que comience el juicio, dijo que su «curiosidad, interés por la tecnología y por la geopolítica» le llevaron a unirse a las Fuerzas Armadas y optar por convertirse en analista de inteligencia.
No obstante, desde su período de entrenamiento Manning dijo sentir «dificultades físicas y psicológicas» para adaptarse a la disciplina castrense y que esas complicaciones se mantuvieron durante su despliegue en Irak desde octubre de 2009 por problemas personales vinculados a su homosexualidad.
En su intervención, Manning aseguró que contactó con una persona por internet que considera que era el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, y que pese a que su relación con él se deterioró al cabo de un tiempo siempre le facilitó información por voluntad propia.
«La decisión (de enviar los documentos a WikiLeaks) fue mía y acepto la total responsabilidad», dijo Manning, quien dijo que el contacto a través de chat con su interlocutor en WikiLeaks estuvo ampliado por su incapacidad de adaptarse en Irak.
El soldado confesó hoy que inició la mayor filtración de secretos en EE.UU., con el traspaso a WikiLeaks de los diarios de guerra de Afganistán e Iraq, desde una librería «Barnes & Noble» de Rockville (Maryland) a principios de 2010 durante un permiso militar y prosiguió desde Irak.
Manning también reconoció haber filtrado a sabiendas cientos de miles de cables diplomáticos estadounidenses procedentes de las embajadas de todo el mundo y consideró que su publicación «era un ejemplo necesario hacia una diplomacia abierta».
Asimismo, consideró que esa información no iba a dañar a Estados Unidos, aunque «sí (podía) ser embarazosa» para el país, ya que no era más que un «catálogo de chismes».
Jairo Mejía/(EFE).-