Nicolás Maduro asumió hoy la Presidencia de Venezuela prometiendo lealtad a la memoria de Hugo Chávez y haciendo de su discurso de investidura un duro ataque a la oposición, en el que alternó acusaciones con llamados al diálogo y prometió que no habrá impunidad por los incidentes después de los comicios.
Después de cinco días de una tensión que los ajustados resultados de los comicios presidenciales hizo desbordar y de decisiones de última hora del Poder Electoral para solucionar la crisis, Maduro asumió hoy como el décimo presidente del periodo democrático en Venezuela, iniciado en 1958 con la salida del poder del dictador Marcos Pérez Jiménez.
Maduro empleó algo más de una hora en un discurso crispado, que se vio accidentado en su inicio por la irrupción de un espontáneo, un hombre vestido de rojo que se arrojó sobre el presidente para pedirle ayuda y a quien el Ministerio Público anunció hoy que presentará ante un tribunal por delitos que no precisó.
«Ha fallado la seguridad, absolutamente. Me pudieron haber dado un tiro aquí», dijo Maduro ante la mirada de los 17 jefes de Estado y de Gobierno que asistieron a la ceremonia, entre ellos, el iraní, Mahmud Ahmadineyad; el cubano, Raúl Castro; el colombiano, Juan Manuel Santos; la argentina, Cristina Fernández, y la brasileña, Dilma Rousseff.
El nuevo presidente venezolano se mostró inflexible en sus acusaciones a la oposición tras los incidentes del lunes, en los que se registraron 8 muertos y más de 60 heridos, contextualizándolos en un discurso de campaña de sus adversarios contra los cubanos en Venezuela que comparó con el que justificó el «holocausto judío».
«Tiene las mismas características de intolerancia, de odio, de muerte, que luego justificó el holocausto judío, guardando las distancias históricas, pero las características de la campaña son iguales», sostuvo.
Aseguró que «no habrá impunidad. Aquí va a haber justicia, aquí van a pagar los crímenes quienes los incitaron y quienes los cometieron», señaló ante un aforo lleno de delegaciones internacionales pero sin presencia opositora.
La oposición optó por no asistir a la ceremonia al secundar la postura de su líder y candidato presidencial en los comicios del domingo pasado, Henrique Capriles, de no reconocer los resultados que le dieron el triunfo a Maduro hasta que se verifique el 100 % de los votos.
Maduro, no obstante, mostró un aspecto conciliador dirigiéndose a sus adversarios y a los venezolanos que optaron por la opción de Capriles en las elecciones, que el chavista ganó con 272.000 votos sobre la oposición (1,3 puntos), con el 99 % de los sufragios escrutados.
Afirmó que está dispuesto a tender la mano a quienes no votaron por él y a los políticos adversarios para detener la división en el país e incluso a conversar con Capriles para que «cese en su odio».
«Estoy dispuesto a conversar hasta con el diablo, que Dios me perdone, hasta con el nuevo Carmona si es necesario para que cese en su odio contra mí, contra el pueblo, para que cese en su intolerancia», afirmó comparando al líder opositor con Pedro Carmona, el efímero presidente autoproclamado presidente durante el golpe de 2002.
Tras volver en horas de la madrugada de Lima, de la reunión que la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) convocó para tratar la situación en su país, Maduro no dejó pasar la oportunidad de hablar de la decisión del Consejo Nacional Electoral (CNE) de aprobar anoche la auditoría del 100 % de los votos.
«Yo pudiera tener alguna diferencia con la decisión que ellos han tomado (…) pero el CNE tomó una decisión y yo (…) apoyo absolutamente el Poder Electoral», indicó, no sin dejar de asegurar que «salga lo que salga de allí» la oposición no va a reconocer el resultado.
Con relación a sus planes de Gobierno, afirmó que el objetivo de la «revolución social» que, dijo, encabeza, es que en 2019 haya «pobreza cero» y llamó a revisar todos las misiones o programas sociales que impulsó Chávez.
«El objetivo de la revolución social es que en el año 2019: pobreza cero; podemos lograrlo, pobreza y miseria cero en Venezuela», anunció.
Maduro aseguró que llega a la Presidencia sin buscarlo y solo por la «circunstancia histórica» de la muerte de Chávez.
«Yo sé lo que voy a hacer, tengo con qué, fui formado por el comandante Hugo Chávez», afirmó.
Mientras Maduro juraba, miles de venezolanos secundaban la llamada a un «salserolazo» pedido por Capriles para repudiar el acto de investidura con música salsa en lugar de los cacerolazos que pelean cada noche con los cohetazos de los chavistas por ensordecer a los venezolanos.
«Que se oiga ese #Salserolazo en toda Venezuela! La voz del Pueblo! El Gobierno ‘mientras tanto'», escribió Capriles en su cuenta de Twitter, al apuntar que el Gobierno de Maduro es «mientras tanto».
EFE