San Salvador, 14 nov (EFE).- La Universidad Centroamericana (UCA) de El Salvador inició hoy la conmemoración de los 26 años de la matanza de seis sacerdotes jesuitas y dos mujeres, perpetrada por una unidad elite del Ejército el 16 de noviembre de 1989.
Las actividades incluyen la elaboración y exhibición de alfombras de serrín de colores dedicadas a las víctimas, la presentación de la obra teatral «La hora final», una procesión, una vigilia, actos culturales y una exposición fotográfica, según fuentes de la UCA.
Los actos concluirán el lunes próximo con una misa «en memoria de los mártires».
Los padres jesuitas fueron asesinados la madrugada del 16 de noviembre de 1989 durante la ofensiva guerrillera «Hasta el tope» en el marco de la guerra civil salvadoreña (1980-1992).
En dicho conflicto armado se enfrentaron al Ejército de ese país centroamericano, financiado por Estados Unidos, y la guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), y se saldó con unos 75.000 muertos y 8.000 desaparecidos.
Los sacerdotes asesinados fueron los españoles Ignacio Ellacuría (entonces rector de la UCA), Segundo Montes, Armando López, Ignacio Martín Baró y Juan Ramón Moreno, así como el salvadoreño Joaquín López.
En el ataque también murieron la colaboradora Elba Julia Ramos y su hija Celina, de 16 años, ambas salvadoreñas.
Los 20 altos mandos militares salvadoreños involucrados en los hechos no han sido castigados en El Salvador por la vigencia de una ley de amnistía que no permite perseguir los crímenes de guerra cometidos durante el referido conflicto bélico.
En agosto de 2011, la Corte Suprema de Justicia (CSJ) evitó el arresto de 11 de los acusados que tenían vigente una difusión roja de la Policía Internacional (Interpol).
El Supremo también impidió en mayo de 2012 la extradición de estos que eran requeridos por el juez de la Audiencia Nacional de España Eloy Velasco.
Recientemente el exrector de la UCA José María Tojeira dijo a Efe que «dentro de esta historia queda como deuda el reconocimiento de la verdad y el aceptar el terrible error» por parte del Ejército y de quienes participaron.
«Es evidente que el Ejército no ha querido reconocer la culpa que tuvieron a nivel institucional, puesto que la decisión fue tomada por personas del Estado Mayor y fue cubierta sistemáticamente por esta institución», señaló.
En noviembre del 2009, el entonces presidente Mauricio Funes pidió perdón «en nombre del Estado» por la matanza de los sacerdotes.