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Las personas obligadas a abandonar sus hogares por un gigantesco incendio forestal han comenzado a regresar a Jasper, Alberta, para revisar las cenizas de su devastada comunidad.
Antes de que la ciudad abriera sus puertas a los residentes el viernes, una hilera de faros destellaba en la oscuridad mientras los evacuados que regresaban esperaban a que comenzara el reingreso.
Cuando el sol comenzó a asomarse sobre las Montañas Rocosas, la autopista 16 se abrió y una procesión de camiones y vehículos comenzó a serpentear a través del Parque Nacional Jasper hacia la comunidad devastada por los incendios forestales.
Una bandera canadiense ondeaba a lo largo de la carretera desde un camión de bomberos rojo brillante con la escalera desplegada. «Bienvenidos de nuevo» estaba escrito en una pancarta en el puesto de control de la RCMP.
Las nubes llenaban el cielo y el humo flotaba en el aire. Quienes conducían desde el este vieron franjas de bosques carbonizados y árboles quemados como cerillas usadas.
Se ha advertido a los residentes que se preparen para una nueva y dura realidad. Los residentes de la histórica localidad del parque nacional volverán a una comunidad que no se parece en nada a la que dejaron atrás hace casi cuatro semanas.
En total, 358 de los 1.113 edificios de Jasper se perdieron en el incendio que arrasó la ciudad en la tarde del 24 de julio, menos de 48 horas después de que se convocara una evacuación masiva, ordenando a 25.000 residentes y visitantes huir de la ciudad y del parque nacional.
Barrios enteros del sur de la ciudad quedaron destruidos.
Los servicios siguen siendo escasos y se espera que la reconstrucción lleve años.
Mike Kertesz, un residente de Jasper de 30 años, hizo fila a lo largo de la carretera horas antes de que se abrieran las puertas el viernes por la mañana, ansioso por regresar a casa.
A pesar de ver imágenes de los daños causados por los incendios forestales, cree que será un shock ver la destrucción de primera mano.
«Esta es nuestra comunidad», dijo Kertesz en una entrevista desde el arcén de la carretera antes de que se abrieran las puertas.
«Aquí es donde criamos a nuestros hijos y todo será muy diferente»
Kertesz revisará su propia casa y otras dos que pertenecen a sus familiares. Dijo que se centrará en comprobar si hay daños causados por el humo, el agua o las aguas residuales y en deshacerse de los refrigeradores y congeladores dañados.
Dijo que ha estado perdiendo el sueño pensando en el duro trabajo que le espera a medida que comienza la recuperación.
Kertesz se describe a sí mismo como uno de los afortunados. Su casa familiar, en el lado este del pueblo, todavía sigue en pie.
Está agradecido a los bomberos por salvar lo que pudieron y agradecido de poder ayudar a sus vecinos cuyas casas fueron destruidas.
«Hay mucha gente en esta ciudad que lo ha perdido todo», dijo. «Por eso estamos listos para volver y rehacer nuestras vidas, pero también para ayudar a toda la comunidad».
Solo los residentes y las personas que los apoyan y los ayudan a enfrentar el desastre podrán acceder al poblado. Todas las áreas fuera del poblado permanecen cerradas, incluida la autopista 93 hacia el sur.
A los oficiales de la RCMP se les ha encomendado la tarea de patrullar la entrada este de la ciudad y rechazar a los forasteros.
Un regreso a casa difícil
Se recomienda a los residentes que se acerquen a sus propiedades dañadas con precaución y que se preparen para el impacto de ver los daños.
Las autoridades han advertido sobre los riesgos de regresar a la zona de devastación, debido a los desechos tóxicos, las estructuras inestables y el humo tan denso que se ha recomendado a los evacuados que regresan que usen máscaras N95.
«Las fotos que han visto no los prepararán para el olor», advirtió el municipio en un comunicado a los evacuados.
«El estado de Jasper es muy diferente ahora. El proceso de regreso puede ser intenso».
Clara Adriano, quien opera una lavandería comercial en la comunidad desde 2017, estuvo entre los primeros evacuados que regresaron el viernes.
Su casa sobrevivió, pero su negocio quedó destruido. El edificio beige de dos pisos con techo de color óxido quedó reducido a escombros: un campo de restos negros y esqueléticos, rodeado por una valla de seguridad azul.
Adriano dijo que no se sintió preparada para el impacto de ver los restos carbonizados de la propiedad y barrios enteros incinerados.
Llevaba una mascarilla N95 para protegerse de los olores rancios y luchaba por comprender la magnitud del daño.
«Cuando entras al pueblo y ves los residuos del incendio y todo lo que hay a su alrededor, es cuando te emocionas», dijo en una entrevista.
«Y luego, cuando entré aquí, en la zona industrial, y vi que nuestra lavandería y todos los lugares que la rodeaban habían desaparecido, fue una sensación muy emotiva. Estoy segura de que lo será para muchos habitantes de Jasper que están regresando, especialmente para aquellos que perdieron sus hogares».
Adriano dijo que quiere reconstruir y espera reunirse con sus vecinos después de pasar tantas semanas dispersos por las provincias occidentales.
«Este es mi hogar», afirmó. «Y sé a ciencia cierta que saldremos de aquí fortalecidos, juntos. Es la única manera de seguir adelante».
Se insta a los evacuados que perdieron sus hogares a aprovechar sus primeras horas y días en Jasper para evaluar sus pérdidas y documentar cuidadosamente los daños.
Las autoridades han advertido que nadie debe contar con pasar la noche allí.
Muchas propiedades que aún permanecen en pie han sufrido daños significativos a causa del humo, el calor y el agua de las tuberías rotas y de los esfuerzos por apagar las llamas.
No hay alojamiento disponible para quienes perdieron sus hogares y los servicios, incluido el agua corriente, siguen siendo deficientes.
‘Una pérdida comunitaria’
Matricia Bauer dijo que se ha estado obligando a mirar fotografías y filmaciones de la destrucción para ayudarse a prepararse para lo que verá.
Regresará a Jasper temprano el viernes por la mañana, pero sólo planea quedarse unas pocas horas para evaluar los daños.
Su condominio sobrevivió, pero las propiedades que rodean su casa en el extremo oeste del pueblo quedaron destruidas. Ella cree que su casa sufrió daños importantes por el humo.
«Estábamos muy cerca del fuego», dijo Bauer. «Se encendió y nos rodeó por completo».
Bauer es oriunda de la Primera Nación Cree de Sturgeon Lake, una comunidad devastada por un incendio el verano pasado, pero ha vivido en Jasper durante más de una década. Dirige Warrior Women, una empresa de guías turísticas indígenas que muestra la cultura indígena de la región.
