Millones de visitantes y miles de atletas acudirán a París para los Juegos Olímpicos de verano, pero la gran incógnita para los organizadores es el riesgo potencial de protestas, terrorismo y ciberataques.
Los Juegos Olímpicos han sido blanco de ataques en el pasado, en particular los Juegos de Munich de 1972, donde 11 atletas y entrenadores israelíes fueron asesinados por miembros del grupo terrorista palestino Septiembre Negro. Luego, en 1996, la explosión de una bomba mató a una mujer e hirió a más de 100 personas en los Juegos de Atlanta.
Francia planea desplegar alrededor de 35.000 policías cada día durante los Juegos, con un máximo de 45.000 para la ceremonia de apertura, dijo a CNN un portavoz del Ministerio del Interior francés.
Además, se desplegarán 10.000 soldados en la región de París, un esfuerzo apoyado por 1.800 policías de todo el mundo, añadieron. Francia también desplegará 20.000 efectivos de seguridad privada, informó Reuters.
Ceremonia de apertura como ninguna otra
La ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París tendrá lugar el 26 de julio y será la primera que se celebre en un río.
Unas 104.000 personas en gradas a lo largo del río Sena presenciarán el evento, y 220.000 más en carreteras elevadas a lo largo de un tramo de seis kilómetros (casi cuatro millas) del río, según el ministro del Interior francés, Gérald Darmanin.
Durante años, los funcionarios franceses se habían jactado de que unas 600.000 personas asistirían a la ceremonia de apertura, pero ese número se ha reducido drásticamente por motivos de seguridad.
A principios de este año, Darmanin dijo que se establecería un “perímetro de seguridad antiterrorista” en los días previos al evento.
Nicolas Nordman, vicealcalde de París a cargo de la seguridad, dijo a los medios que las autoridades habían estado trabajando durante meses para tratar de anticipar lo que podría suceder y confiaban en que la ceremonia sería segura.
Dijo que una zona «estrictamente controlada» a lo largo de las orillas del río se cerrará antes de la ceremonia de apertura y que cualquiera que entre en ella será controlado.
Ese perímetro de seguridad entró en vigor el jueves pasado, y las personas que viven, trabajan y visitan lugares dentro de la zona restringida deben llevar un pase para ingresar. Los particulares debían solicitar un pase de acceso antes del jueves.
“Estos controles deben garantizar que ninguna persona malintencionada entre en la zona. También es necesario realizar controles el día de la ceremonia”, afirmó Nordman.
«Esto significa que cuando la gente viene al sitio, tenemos que asegurarnos de que no haya riesgos de seguridad». Sin embargo, Nordman dice que reconoce la necesidad de que los parisinos sigan adelante con sus vidas.
“Lo que queremos es que la gente disfrute de los Juegos Olímpicos. Una de las condiciones para que puedan disfrutarlos es estar seguros”, añadió. «Pero también queremos que puedan moverse para disfrutarlos».
Disturbios mundiales
París ha experimentado ataques terroristas en el pasado, especialmente en 2015, cuando hombres armados con rifles de asalto y explosivos atacaron seis lugares de la capital francesa, matando a 130 personas e hiriendo a 494.
Se produjeron tres explosiones frente al Estadio de Francia en Saint-Denis, un suburbio al norte de París, y mataron a un peatón. El Stade de France es el lugar donde se llevarán a cabo eventos de atletismo y partidos de Rugby Sevens en los Juegos Olímpicos de París.
Dale Buckner, director ejecutivo de la empresa de seguridad Global Guardian, que ha brindado asesoramiento a quienes viajan a Francia para los Juegos, dijo a CNN que el país tiene «muchos enemigos» debido a su postura sobre una amplia gama de cuestiones nacionales e internacionales.
«Debido a su estatus en el mundo y a la mezcla cultural de religión y poblaciones de personas de todo el mundo como una democracia abierta, habrá detractores y partidarios, lo que crea fricciones», dijo Buckner.
También hay un creciente malestar interno, impulsado en parte por las recientes elecciones francesas en las que se produjo una batalla entre la izquierda y la extrema derecha.
Para subrayar la amenaza a Francia, el ministro del Interior, Darmanin, confirmó que las fuerzas de seguridad habían detenido esta semana a un “miembro de la extrema derecha” que era “sospechoso de querer cometer acciones violentas durante los Juegos Olímpicos”.
Según Darmanin, el hombre tenía la “intención de intervenir durante una fase del relevo de la antorcha”.
Darmanin dijo que Francia ha prohibido a casi 4.000 personas asistir a eventos relacionados con los Juegos. Ese grupo incluye miembros de la extrema izquierda y la extrema derecha, islamistas radicales y presuntos islamistas radicales, dijo.
Las autoridades también están “prestando especial atención a los ciudadanos rusos y bielorrusos”, añadió Darmanin.
Sin embargo, los organizadores dijeron que confían plenamente en su capacidad para prevenir ataques de cualquier tipo y se apoyarán en el análisis de video impulsado por inteligencia artificial para mantener los eventos seguros.
“Intentamos anticiparnos a todas las situaciones. Hemos realizado ejercicios. Ha habido muchos simulacros, numerosas simulaciones de crisis, eventos a veces bastante extraordinarios, donde todos, durante todo un día, intentan anticiparse y luego responder”, añadió Nordman.
“Hemos hecho muchos ejercicios, algunos de ellos extremadamente complicados. Hoy estamos preparados y tranquilos. Sabemos que hemos puesto en marcha todo lo posible para garantizar la seguridad, que es un objetivo clave para nosotros”.
La seguridad en París se verá reforzada por la presencia del ejército, que apoyará a la policía durante los Juegos, patrullará las calles y proporcionará apoyo en forma de equipos de perros y experiencia anti-drones, según el general Eric Chasboeuf, segundo al mando de la misión militar para los Juegos.
Le dijo a los medios que se ha establecido una base dentro de París, en una escala no vista desde la Segunda Guerra Mundial.
«Nunca había visto un despliegue de seguridad tan enorme y masivo en nuestra capital, incluso desde el trágico intento terrorista que sufrimos en 2015», dijo Chasboeuf. «Será completamente seguro».
Amenaza invisible
Según Buckner, una de las mayores amenazas a la candidatura de Francia para albergar unos Juegos Olímpicos seguros podría provenir de una fuente invisible (los ciberataques) que podrían poner en riesgo las redes eléctricas, de comunicaciones o de transporte del país.
“Tenemos una estrategia ofensiva y una estrategia defensiva que se ejecutan cada segundo de cada día simultáneamente. Porque si no lo hacemos… veremos una disrupción cibernética”, dijo Buckner.
“El gran cambio para estos Juegos Olímpicos es que creo que hay una guerra cibernética cada segundo de cada día. La guerra cibernética se extenderá hasta los Juegos Olímpicos”.
