El gobierno federal ha añadido 56 propiedades a un nuevo banco de tierras públicas que son adecuadas para arrendamientos a largo plazo para que los desarrolladores puedan construir viviendas, una medida que, según el Ministro de Vivienda, ayudará a aumentar la oferta de viviendas que los canadienses pueden pagar.
Sean Fraser hizo el anuncio el domingo en Halifax justo antes de un retiro de gabinete de tres días destinado a preparar la próxima sesión de otoño del Parlamento.
«Poner tierras públicas a disposición para la construcción de viviendas reducirá el costo de construcción y, a su vez, reducirá el costo de vida», dijo Fraser.
Entre las propiedades actualmente incluidas en el banco de tierras públicas se encuentran antiguas bases militares, sitios de Correos de Canadá y edificios de oficinas federales, muchas de las cuales anteriormente estaban reservadas para la venta porque ya no se utilizan.
El nuevo plan es ofrecer la mayoría de ellos en arrendamiento a largo plazo en lugar de una venta única para mantener las tierras en manos públicas y garantizar que las viviendas construidas en ellas sigan siendo asequibles.
La lista actual incluye propiedades en 28 municipios de siete provincias, pero crecerá con el tiempo mediante una revisión continua de terrenos y edificios federales subutilizados o vacíos.
Cinco propiedades, identificadas por primera vez en el presupuesto de abril, ahora están pasando a la fase de desarrollo y el gobierno está pidiendo a los desarrolladores manifestaciones de interés o solicitudes de propuestas.
Cuatro de ellos se encuentran en antiguas bases militares en Calgary, Edmonton, Toronto y Ottawa, mientras que el quinto es el sitio de un antiguo edificio de la Junta Nacional de Cine en Montreal.
El nuevo banco de tierras y un plan acelerado para convertir propiedades federales en viviendas fueron parte del amplio plan de vivienda de los liberales anunciado en abril, con algunos detalles publicados en el presupuesto de primavera.
La vivienda será un tema clave en la reunión del gabinete, ya que los canadienses continúan lidiando con los altos costos y la disponibilidad limitada.
La sesión anual del gabinete de fin de verano tiene lugar tres semanas antes de que el Parlamento regrese para la sesión de otoño y es probablemente el último evento de este tipo para este gabinete antes de las próximas elecciones.
Podría ser la última oportunidad real que tenga este gobierno de reconciliarse con los votantes antes de pedirles otro mandato.
La reunión podría verse ensombrecida por la tensión que persiste con los ferrocarriles del país tras un paro que comenzó el jueves y que finalizará el lunes. El ministro de Trabajo, Steven MacKinnon, ordenó a la Junta de Relaciones Industriales de Canadá que iniciara un proceso de arbitraje vinculante con los ferrocarriles y el sindicato Teamsters, que representa a 9.300 trabajadores de Canadian National Railway (CN) y Canadian Pacific Kansas City (CPKC).
El sindicato Teamsters ha prometido luchar contra la decisión en los tribunales, y su presidente Paul Boucher dijo el domingo que se dirigía a Halifax con otros dirigentes sindicales para «protestar contra esta decisión en el retiro del grupo parlamentario liberal».
Está pidiendo a los miembros de la zona que se unan a la protesta.
La disputa es la última de una serie de problemas laborales y de cadenas de suministro que los liberales han enfrentado o continúan enfrentando, incluso en puertos, ferrocarriles y aerolíneas.
Las interrupciones de la cadena de suministro posteriores al Covid-19 contribuyeron en gran medida a la alta inflación que también provocó una crisis de asequibilidad en Canadá y en muchos lugares del mundo.
La crisis inmobiliaria de Canadá —impulsada por las altas tasas de interés y una rápida inmigración que supera el crecimiento de la oferta de viviendas— es otro factor importante que causa un descontento generalizado con el gobierno liberal.
Hace un año, un retiro del gabinete en Charlottetown se centró principalmente en la vivienda, ya que la rápida inmigración y los mediocres inicios de obras de viviendas redujeron la disponibilidad y aumentaron los precios.
Pero los liberales abandonaron ese retiro sin nada concreto que anunciar, y sus cifras en las encuestas siguieron sufriendo porque no lograron convencer a los canadienses de que tienen la receta para solucionar un problema que se ha vuelto crítico bajo su mandato.
Esta vez pretenden ofrecer muchas ventajas a los canadienses, incluido el anuncio sobre vivienda del domingo.
La ex jefa de gabinete liberal Marci Surkes, ahora directora de estrategia de la firma de relaciones gubernamentales Compass Rose, dijo que la vivienda será central para esta retirada y la agenda liberal en el futuro.
«Francamente, el gobierno ha tomado importantes medidas políticas e inversiones desde el año pasado y algunas de ellas están empezando a dar frutos, pero la realidad es que el foco en la oferta debe seguir en pie», afirmó. «Todavía no hay un alivio real».
El gobierno pretende impulsar la construcción de 3,87 millones de nuevas viviendas en los próximos siete años.
Se estima que se necesitarán entre 3,1 y 3,5 millones de unidades nuevas para 2031 para resolver la crisis de vivienda que ha dejado a Canadá con algunas de las viviendas menos asequibles entre los países desarrollados.
La Sociedad Hipotecaria y de Vivienda de Canadá advirtió a principios de este año que la crisis de asequibilidad de la vivienda probablemente durará hasta 2026, aunque los inicios de construcción de viviendas podrían comenzar a mejorar en los próximos meses gracias a la caída de las tasas de interés.
La demanda de viviendas se disparó en Canadá en los dos primeros años de la pandemia de COVID-19. Entre marzo de 2020 y marzo de 2022, el precio promedio de una vivienda en Canadá aumentó más del 50 por ciento, hasta los 835.000 dólares. Desde entonces, esa cifra ha disminuido, ya que las altas tasas de interés hicieron subir los costos de los préstamos y hubo menos personas en el mercado para comprar una vivienda.
Los alquileres promedio han aumentado casi un 25 por ciento en los últimos cinco años.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos informa que la relación entre el precio de la vivienda y los ingresos en Canadá ha disminuido desde que alcanzó su punto máximo a principios de 2022, pero en general el costo de una vivienda ha aumentado un 40 por ciento más que los ingresos canadienses desde 2015.
El plan general del gobierno incluye nuevas protecciones para los inquilinos, préstamos para construir más apartamentos y una serie de programas para expandir masivamente el número de unidades asequibles disponibles.
También se espera que en este retiro el gobierno discuta sobre inmigración y trabajadores extranjeros temporales, estrategias industriales incluyendo el mercado de vehículos eléctricos, cuidado infantil y las relaciones entre Canadá y Estados Unidos.
Las reuniones comenzarán el domingo por la noche con una cena de trabajo y un debate sobre cuestiones globales con Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional del gobierno de Estados Unidos.
Acontinuación se celebrarán dos días completos de reuniones. El lunes, el gabinete escuchará a expertos y asesores en materia de vivienda, inmigración y economía de clase media, entre ellos Kevin Lee, director ejecutivo de la Asociación Canadiense de Constructores de Viviendas, el senador Hassan Yussuff, ex presidente del Congreso Laboral Canadiense, y Maya Roy, ex directora ejecutiva de la YWCA Canadá.
El martes, las conversaciones se centrarán en las relaciones entre Canadá y Estados Unidos, ya que las próximas elecciones presidenciales revisten una gran importancia para Canadá, cuya estabilidad económica depende en gran medida del comercio con Estados Unidos. La embajadora de Canadá ante Estados Unidos, Kirsten Hillman, se dirigirá al gabinete el martes, al igual que los ex embajadores Frank McKenna y David MacNaughton.
