Javier Milei saltó a la fama atacando a la élite política tradicional de Argentina. Ahora, el favorito radical de las elecciones presidenciales es la mejor oportunidad para que los conservadores se aferren al poder.
Al quedarse sin su propio candidato en la contienda, el centroderecha ha hecho una especie de alianza incómoda con Milei que podría empujar al libertario más allá de la línea en la segunda vuelta del domingo contra el ministro de economía peronista Sergio Massa.
Milei obtuvo el respaldo del magnate empresarial y ex presidente conservador Mauricio Macri, así como de la candidata presidencial del principal bloque conservador, Patricia Bullrich, eliminada en tercer lugar en la primera vuelta en octubre.
Es una gran apuesta para el bloque Juntos por el Cambio, que ha sido una de las fuerzas políticas dominantes de Argentina en las últimas décadas, pero que ahora enfrenta una desintegración. Muchos en el grupo no están de acuerdo con apoyar a Milei, un ex comentarista de televisión magnético pero volátil que algunos comparan con el ex presidente estadounidense Donald Trump y el brasileño Jair Bolsonaro.
Aunque no están de acuerdo con todas las opiniones de Milei, como sus planes de dolarizar la economía y flexibilizar las restricciones a las armas, Macri y Bullrich indicaron que lo respaldan porque representa un cambio y el fin de políticas gubernamentales que consideran desastrosas.
Si Milei gana, los dos podrían terminar con una importante influencia en su administración. Si Milei pierde, podría precipitar la fractura de la coalición conservadora entre el ala más derechista y la moderada.
Mariel Fornoni, directora de la consultora Management & Fit, declaró que el bloque conservador, alguna vez favorito para ganar las elecciones, ya se estaba desintegrando.