Caracas, 10 feb (EFE).- Los centros comerciales de Venezuela iniciaron hoy sus actividades con un horario restringido que los lleva a trabajar durante un promedio de cuatro horas diarias, una situación que elevó las alarmas de las organizaciones relacionadas con el sector que auguran pérdidas de dinero y empleos.
La medida responde a la exigencia de la estatal Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) de racionar la energía eléctrica del país y desde hoy trabajarán de 15.00 a 19.00 hora local (19.30 a 23.30 GMT) de lunes a viernes.
El director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Caracas, Víctor Maldonado dijo que esta medida «va a generar es un colapso de la actividad comercial» en estos espacios y aseguró que, además, se pondrán en peligro unos 50.000 empleos directos.
Maldonado también recordó, en entrevista a la emisora privada Unión Radio, que en los centros comerciales funcionan clínicas y centros de salud especializados, así como cines, teatros y restaurantes que también se verían afectados con este racionamiento.
El ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez, recordó hoy al canal estatal VTV que las instalaciones comerciales «de cargas concentradas superiores a 100 KVA (kilovoltoamperios)» deben instalar sistemas de «autogeneración de electricidad», una exigencia contemplada en la Ley de Uso Racional y Eficiente de la Energía del año 2011.
Motta Domínguez dijo que «en ningún momento el Ministerio ha establecido reducción de horarios» y que «simplemente» está «exigiendo el cumplimiento de la ley».
Según el ministro, la medida tiene el objetivo de ahorrar electricidad pues la principal central hidroeléctrica venezolana, «Simón Bolívar» tiene un nivel de agua de 8 metros por debajo del promedio.
El presidente de la Cámara Venezolana de Centros Comerciales (Cavececo), Freddy Cohen, aseguró que «los centros comerciales en Venezuela apenas representan el 3 % del consumo nacional» de electricidad.
Apuntó, por otro lado, que es muy difícil dotar a todas estas infraestructuras de sistemas de autogeneración de energía pues además de que exigen una alta inversión en plantas eléctricas y gasoil, la adquisición sigue siendo cuesta arriba pues los equipos no se fabrican en Venezuela, así como los componentes que se deben mantener.
«En 2011 sacaron una ley, es cierto lo que dice el ministro, pero en la realidad no se ha podido cumplir porque tenemos muchos años con control de cambio (desde 2003), con falta de divisas (…) y no es tan fácil», dijo Cohen.
La coordinadora de la Unión de Trabajadores de Venezuela (Únete) Marcela Máspero, criticó la medida al asegurar que afecta a los empleados que en los últimos años han visto mermado su salario.
«Nosotros rechazamos categóricamente que eso se haga y que se tome la medida de manera unilateral sin consultar a los protagonistas», dijo Máspero.
El ministro de Ecosocialismo y Aguas del país, Ernesto Paiva, ha dicho que la sequía provocada por el «El Niño» ha hecho que los 18 mayores embalses con los que cuenta Venezuela estén «muy cerca de la línea roja» o alcancen «niveles críticos» y de ahí la necesidad de que se ahorre la energía.