Los desafíos que viven los latinos cuando llegan a Canadá por lo general están compuestos de un sin fin de historias de lucha, de resiliencia y de empuje para alcanzar el sueño anhelado. Tal es el caso del Chef Lizardo Becerra quien apenas con 23 años llegó a Canadá a trabajar a la Embajada de Perú y de ahí se inició un largo recorrido que hoy lo ubica como uno de los mejores especialistas de comida peruana en la ciudad capital de Ottawa.
“Fue un año en el que viví en la residencia, aprendí mucho y tuve la oportunidad de participar en eventos diplomáticos. Pronto entendí que debía afinar mi profesión y practicar bastante para crecer. Durante mi estancia en Canadá, conocí a mi pareja y nos casamos. Posteriormente, cambié de trabajo y encontré una buena opción en un reconocido hotel de la ciudad. Fue mi primera experiencia canadiense como empleado, y me brindó una gran formación”, narra con pasión Lizardo Becerra, durante una entrevista concedida en su nuevo restaurante Raphael Peruvian Cuisine, en la emblemática calle de Elgin, en el centro de Ottawa.
Comentó a Magazine Latino que su trabajo en un hotel de la Ciudad se convirtió en un gran desafío, pero al mismo tiempo y enriquecedora porque le abrió la puerta a un gran cúmulo de capacitaciones lo que le enseñó a administrar y comprendió la importancia de tener un negocio propio.
Sin embargo, los problemas llegaron con la pandemia del Covid-19 y todo el personal que se dedicaba al sector turismo y restaurantero sufrió las más graves consecuencias, que hoy día todavía no se tienen datos precisos de cuánta gente perdió su empleo o cuantas empresas dejaron de operar tras el paso de la epidemia.
El Chef Lizardo compartió que pasaron tres años difíciles, pero durante ese tiempo nació su primer hijo de nombre Rafael y justamente aprovechó para disfrutar de su compañía y verlo crecer, tuvo tiempo para reflexionar sobre lo que quería para su futuro en la industria culinaria, que siempre le había sido muy demandante.
“Con el apoyo del gobierno, decidí abrir un pequeño negocio llamado Rafael Express, que ofrecía comida peruana a domicilio. Aunque los primeros meses fueron difíciles, logramos captar la atención de la gente a través de las redes sociales y las reseñas positivas de los clientes. La acogida en Instagram fue increíble. Empezamos a recibir videos de personas indicando cómo llegar a nuestro restaurante. Eso se volvió viral y atrajo a más comensales», relató Lizardo.
El restaurante Rafael Express obtuvo una destacada mención en una edición de The Ottawa Citizen, un periódico citadino. La promoción impulsó el crecimiento del negocio y generó un impacto positivo en la clientela.
Después de dos años, surgió la oportunidad de abrir un nuevo local. Lizardo decidió hacer cambios y darle a su restaurante una identidad que representara su origen peruano y su pasión por la cocina criolla. Encontraron un espacio en una calle muy conocida y abrieron las puertas.
«Abrimos el restaurante en una calle fantástica que se llena en verano y desaparece en invierno. Fue un desafío, pero nuestra comida y servicio de calidad atrajeron a muchos clientes fieles», mencionó Lizardo.
No obstante, debido a problemas financieros, tuvieron que dejar ese local y buscar una nueva ubicación. Luego de un tiempo de incertidumbre, encontraron un lugar que permitía resaltar la identidad del restaurante Rafael. A pesar de los desafíos y la competencia, el negocio siguió creciendo.
«Decidí hacer un cambio radical y reflejar más mi identidad y raíces en el restaurante. Quería ofrecer una experiencia única y auténtica de la cocina peruana», expresó Lizardo. El esfuerzo y la dedicación de Lizardo dieron sus frutos: hoy Raphael Peruvian Cuisine se está comenzando a convertirse en un referente de comida peruana en el downtown de Ottasa.