Lisboa fue elegida por la UEFA como sede de una inédita final a ocho de la Champions League, una tarea para la que la capital lusa ya ha empezado a prepararse, especialmente en los estadios designados para albergar los choques, y todavía entre ciertas restricciones por el coronavirus.
Ocho son los elegidos para disputar esta fase final que se jugará a partido único. Por ahora, solo es segura la presencia de Atlético de Madrid, PSG, Atalanta y Leipzig, a la espera de otros cuatro que saldrán de los choques Manchester City-Real Madrid, Barcelona-Nápoles, Juventus-Olympique de Lyon y Bayern-Chelsea.
Se jugarán un total de siete partidos (cuatro de cuartos, dos semifinales y la final), los cuales podría dejar en las arcas de la ciudad en torno a 50,4 millones de euros, tal y como ha estimado en un informe el Instituto Portugués de Administración y Marketing (IPAM).
COVID-19 dentro de la celebración del fútbol
Pese a que los partidos van a ser a puerta cerrada, solo con la presencia de unos mil invitados de la UEFA, medios acreditados y empleados de apoyo, Portugal se enfrentará al reto de controlar a 16.000 aficionados que, sin entrada, vendrán a animar a sus equipos desde las calles, según se estima en el mismo informe.
La región de Lisboa ha sido la más afectada desde mediados de mayo y acumuló en torno al 80% de todos los positivos registrados desde entonces, aunque en los últimos días se observó una tendencia a la baja.
Estas cifras no parecen preocupar a los ciudadanos lisboetas, que se muestran contentos y tranquilos ante la celebración de esta final, y seguros de que entre los equipos, la organización y las autoridades se va a controlar todo.
Optimismo que no oculta la realidad
Pese al optimismo local, la ciudad todavía no ha recuperado la normalidad: la mayoría de establecimientos debe cerrar a las 20.00 horas, momento a partir del cual tampoco se permite la venta de alcohol en supermercados y gasolineras.
A partir de ese «toque de queda» de las ocho, solo quedan abiertos los locales que disponen de servicio de restauración, para ofrecer cenas, los cuales en torno a las once de la noche echan el cierre, dejando a la ciudad prácticamente sin vida a partir de esa hora.
Solo queda saber qué equipos completarán esta final a ocho entre los disputantes.