El primer ministro Justin Trudeau se reunirá con sus compañeros líderes de la OTAN en una cumbre especial destinada a encontrar un camino para poner fin a los combates en Ucrania.
La invasión rusa de Ucrania hace un mes ha dejado a Europa frente a su mayor amenaza de seguridad desde la Segunda Guerra Mundial y, argumentó Trudeau ayer, una amenaza mayor para el mundo.
Al llegar a la sede acristalada de la alianza el jueves por la mañana, Trudeau condenó lo que llama la «invasión ilegal y brutal de una democracia amistosa».
Argumentó que la OTAN está unida en su condena al presidente ruso, Vladimir Putin, e igualmente en su apoyo a los ucranianos que, agregó, luchan por los valores que sustentan las democracias.
Se espera que Canadá y sus aliados revelen más tarde una nueva ronda de sanciones económicas contra los aliados del presidente ruso, Vladimir Putin.
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, también tiene previsto dirigirse a los líderes de la OTAN después de haber hablado directamente con Trudeau a principios de esta semana.
Trudeau realizó una gira por Europa hace dos semanas, donde sostuvo reuniones en Londres, Berlín, Varsovia y Polonia, y visitó a las tropas canadienses que lideran un grupo de batalla multinacional de la OTAN en Letonia.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, manifestó que la alianza militar tiene luz verde para enviar más tropas a la parte oriental de Europa como parte de las conversaciones para restablecer la postura de disuasión y defensa a largo plazo de la alianza.
Los comentarios aumentan la presión sobre el gobierno de Trudeau para que impulse el presupuesto de defensa de Canadá, que según estimaciones de la OTAN representa el 1.39% del producto interno bruto del país en 2021, por debajo del objetivo del 2% de la OTAN.
