El gobierno federal dará a conocer sus planes de gasto para manejar el resto de la crisis de COVID-19 y trazar un curso económico en un Canadá pospandémico.
Se espera que el primer presupuesto de los liberales en dos años describa los planes del gobierno para un sistema nacional de cuidado infantil, incluidas las condiciones que se adjuntarán a cualquier gasto.
Las fuentes confirman que un plan nacional de cuidado infantil será la pieza central del presupuesto. Si bien el plan aún requiere trabajo adicional con las provincias, la expectativa es que podría estar en funcionamiento dentro de dos años.
Dado que gran parte del país sufre una tercera ola de COVID-19, se espera que el gobierno de Trudeau extienda los principales apoyos de emergencia hasta el otoño y, al mismo tiempo, introduzca un nuevo programa de contratación que incentivará a las empresas a contratar a medida que la economía emerja de los estragos del pandemia.
También habrá programas dirigidos a brindar apoyo a los canadienses marginados, las mujeres y los jóvenes que han sido los más afectados por la pérdida de puestos de trabajo durante la pandemia.
Además se espera que haya medidas para impulsar la oferta de viviendas asequibles y dinero destinadas a ecologizar la economía mientras los liberales buscan trazar un camino para las promesas sobre el cambio climático.
Lo único que el presupuesto no hará es proporcionar una fecha para cuando los libros federales vuelvan a estar en números negros. Se espera que el déficit sea de alrededor de $400 mil millones después de que la declaración económica de otoño lo fijó en $381.6 mil millones.
Mientras tanto, las provincias solicitan a la ministra de Finanzas, Chrystia Freeland, más dinero para la atención médica para administrar la pandemia en curso y los costos futuros, mientras que las empresas, organizaciones benéficas y trabajadores más afectados buscan un compromiso para mantener el flujo de ayuda más allá del verano, cuando muchos programas están programados para terminar.
También hay un elemento político en el presupuesto, ya que el gobierno necesita encontrar al menos otro partido importante para respaldar el documento en votos de confianza en la Cámara de los Comunes.
Sin un compañero de baile parlamentario, el gobierno caería y el país se hundiría en una campaña electoral federal.
Elliot Hughes, antiguo asesor del último ministro de finanzas liberal que presentó un presupuesto, Bill Morneau, explicó que este presupuesto debería equilibrar las preocupaciones actuales de los canadienses sobre la pandemia con las necesidades económicas a más largo plazo.
El documento probablemente también describirá la visión de los liberales de Trudeau para el país que, a su vez, dará a los partidos de la oposición una oportunidad hoy para presentar sus propias ideas a los votantes, agregó.
“Es para que la gente reflexione, vea y piense: ‘¿Qué tipo de enfoque del gobierno se adapta mejor a mí y a quién quiero que dirija, francamente, en los próximos años cuando salgamos de la pandemia?’ ”argumentó Hughes.
El virus mortal ha provocado restricciones económicas que a su vez obligaron al cierre de negocios, escuelas y guarderías no esenciales, lo que provocó una caída histórica en el empleo.
Hubo un flujo igualmente histórico de ayuda federal para reforzar las bases financieras de las empresas y los hogares, y el presupuesto de hoy detalla el déficit del año pasado que se estimó por última vez en 380.000 millones de dólares.
Aunque la economía en general ha tenido un mejor desempeño de lo esperado, todavía hay focos de daño en el país con sectores que dependen en gran medida de las interacciones en persona, como los restaurantes y el turismo, que buscan una recuperación prolongada.
La confianza pública también se está viendo afectada en el gobierno a medida que los canadienses se sienten sitiados ante una tercera ola de COVID-19, dijo Kathy Brock, profesora de la escuela de estudios de políticas de la Queen’s University.
«Están mirando este presupuesto para decir: ‘Bueno, ¿qué puede hacer el gobierno y qué va a hacer el gobierno para ayudar a los ciudadanos, para ayudar a los sectores de la economía?» agregó Brock.
La barrera fiscal favorecida por los liberales para evitar que el gasto se descarrile (la relación deuda/PIB) se ha descarriado. El gobierno debería trabajar para estabilizar la cifra y esbozar un plan para eventualmente reducirla, aseveró el economista senior de RBC Josh Nye.
«Va a llevar mucho tiempo volver a los niveles que vimos antes de la pandemia», dijo. «Sin duda, asegurarme de que las cosas vayan en la dirección correcta, creo que eso es algo que los inversores y las agencias de calificación querrán ver», añadió.
