James Thomson, director de estrategia de Buy Box Experts, asegura que las personas están ansiosas por abrir sus billeteras y gastar su dinero en efectivo, tan pronto como más de nosotros estemos vacunados.
«Habrá un rugido de los años 20 de la década de 2000 aquí pronto», argumentó Thomson, quien es experto en consumidores.
“Pienso en la situación que sucedió en 1999, la víspera de Año Nuevo, y todos dijeron: ‘Va a ser la fiesta más grande del año’. Miro lo que sucede cuando muchos de nosotros hemos recibido nuestra vacuna y volvemos a caminar por la calle, tomados del brazo, emocionados de salir, socializar, hacer nuestras compras, simplemente estar fuera de casa», expuso.
Añadió que «seamos honestos, la gente gasta más dinero cuando está feliz. Y qué mejor manera de ser feliz que ‘tengo mi vacuna, puedo volver a ver a mis amigos’”.
Sin embargo, Thomson señala que ha habido cambios importantes en el gasto de los consumidores desde la pandemia.
“Los consumidores están experimentando nuevas categorías de productos. Están comprando artefactos que nunca antes habían comprado. Tienen que averiguar cómo es comprar alimentos en línea, cómo es comprar ropa en línea. Estas son dos categorías a las que no les ha ido particularmente bien con el comercio electrónico hasta el 2020”, dijo.
“Habrá consumidores que digan: ‘Probé la compra de ropa, probé la compra de comestibles en lugares como Amazon en línea, Instacart, etc., y de hecho creo que esta es una buena experiencia para mí, así que mientras puede volver al centro comercial o al supermercado, estoy totalmente preparado para comprar productos que se puedan reponer a través de este tipo de canales’”, aseveró.
Esa no es una buena señal para los minoristas que han sufrido durante el último año.
Según una encuesta reciente de la Federación Canadiense de Empresas Independientes, solo el 14% de las pequeñas empresas en Toronto están realizando ventas normales. Además, al 64% le preocupa que el gasto de los consumidores se reduzca tras la crisis del COVID-19 y al 59% le preocupa la supervivencia de su negocio dada la cantidad de deuda y el ritmo de recuperación.
Esto también significa un cambio importante para las marcas que durante mucho tiempo han dependido de los minoristas para conectarlos con los consumidores. Thomson explicó que para que algunas marcas sobrevivan, tendrán que aprender a contar la historia de sus productos por sí mismas.