Las FARC y el Gobierno colombiano anunciaron hoy que el inicio de las negociaciones de paz en La Habana fue aplazado de este jueves al lunes 19 de noviembre con el fin de terminar de aclarar en una reunión técnica previa cómo podrá participar la sociedad en el proceso.
Las partes explicaron en un breve comunicado conjunto que esta prórroga se deriva del acuerdo de «continuar la reunión técnica para ultimar detalles de los mecanismos para la participación ciudadana entre el 15 de noviembre y hasta el 18 del mismo mes».
Por eso, según la nota divulgada por el sistema informativo de la Presidencia colombiana, «el lunes 19 en La Habana, Cuba, los delegados negociadores empezarán la discusión sobre la agenda acordada», que estaba prevista para este jueves con la discusión sobre el problema de tierras como punto de partida.
Posterior al comunicado conjunto, el ministro del Interior, Fernando Carrillo, aseguró que «no hay problemas de fondo» para el inicio de las negociaciones.
El ministro explicó que el aplazamiento se debió a «circunstancias de carácter técnico», sobre todo en lo que tiene que ver en las plataformas de información que se utilizarán para dar a conocer los avances del proceso lanzado el pasado 18 de octubre en Oslo.
«Hay que montar todo un andamiaje y no se pudo poner en marcha todo el dispositivo en relación con la sociedad civil. Es más una situación de páginas web», añadió.
Delegados del Gobierno y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) comenzaron a preparar los detalles logísticos de las negociaciones en una «reunión técnica» que comenzó el pasado 6 de noviembre en La Habana, sede permanente del proceso de paz.
Pero el punto previo sobre la demandada participación de la sociedad civil parece precisar de más tiempo.
El Congreso colombiano sigue celebrando las Mesas Regionales de Paz para recoger las propuestas de cerca de 400 organizaciones civiles de nueve zonas distintas del país y después entregárselas al alto comisionado para la Paz colombiano, Sergio Jaramillo, y que este las haga llegar a los negociadores.
Según las cifras de la Comisión de Paz del Congreso conocidas por Efe, en las seis primeras mesas convocadas participaron más de 2.300 personas y se radicaron unas 800 propuestas, que aumentarán con los encuentros previstos el próximo fin de semana en las ciudades de Florencia (sur), Popayán (suroeste) y Bogotá (centro).
Desde que el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, y las FARC anunciaron a finales de agosto su acuerdo para negociar la paz en el país, distintas asociaciones de víctimas, de defensores de derechos humanos, de indígenas y partidos políticos han reivindicado un lugar en la mesa de negociación.
A este respecto, el presidente Santos ha sido enfático al restringir la discusión a las dos partes en combate, el Gobierno colombiano y la guerrilla, y abrió la participación social a la tercera fase del proceso de paz, cuando está previsto que se implementen los acuerdos.
Las partes se sentarán el lunes a discutir bajo la premisa de que no habrá acuerdo hasta que haya conciliación en todos los puntos de la agenda acordada, lo que Santos supeditó hoy a la «buena voluntad».
«Si hay buena voluntad, hay acuerdos; si no hay buena voluntad, pues no hay acuerdos», señaló el mandatario al llegar al aeropuerto militar de las afueras de Lisboa para realizar, el miércoles y jueves, una visita de Estado.
En los días previos al inicio de las negociaciones de paz, las FARC han intensificado sus acciones en el oeste del país, con la quema de un autobús el pasado domingo en el Chocó y un ataque con explosivos que ese mismo día causó heridas a un policía y a 25 civiles en el departamento del Cauca.
El gobernador del Cauca, Temístocles Ortega, denunció hoy que en los últimos meses se ha multiplicado la presencia de guerrilleros de las FARC, en concreto en la zona de la cordillera occidental donde se produjo ese ataque y donde hace un año murió en un operativo del Ejército el exlíder guerrillero «Alfonso Cano».
El próximo lunes, los delegados tratarán sobre el problema de la tierra en Colombia, concentrada en el 52 % de su totalidad en un 1,15 % de la población y que representa un desafío al tratarse de un punto de origen del conflicto armado colombiano.