Un día después del fin del alto el fuego de las FARC con motivo de la Navidad, un atentado atribuido a esa guerrilla dejó hoy un muerto y 61 heridos, al menos siete graves, en el departamento colombiano del Valle del Cauca (suroeste), hecho que el presidente Juan Manuel Santos rechazó como «irracional y torpe».
Según información oficial, una motocicleta cargada con explosivos fue activada en las cercanías de la Alcaldía y la estación de Policía del municipio de Pradera, cercano a la ciudad de Cali, la capital departamental.
Las autoridades atribuyeron el atentado a la columna móvil Gabriel Galvis del Frente Sexto de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), grupo implicado en unos diálogos de paz con el Gobierno de Santos, que se celebran en La Habana.
Un portavoz de la Policía del Valle del Cauca confirmó a Efe que una persona murió.
Horas después, un balance de hospitales de la región daban cuenta que habían atendido 61 heridos, de ellos siete graves.
«Este atentado directamente lo atribuimos al Frente Sexto de las FARC, son ellos los que delinquen en ese sitio y vienen afectando de manera continuada a la comunidad», dijo a los periodistas el comandante de la Policía en esa región, el coronel Mariano Botero.
Luego de un consejo de seguridad, las autoridades y el gobierno local acordaron decretar el toque de queda en la población, en tanto que la Policía ofreció cincuenta millones de pesos de recompensa (poco más de 25.500 dólares) por informaciones que llevan a identificar y capturar a los autores del hecho violento.
Los autores del atentado serían, según los expertos del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (CERAC), integrantes de una de las unidades rebeldes que no está conforme con las negociaciones de paz que la guerrilla y el Gobierno llevan adelante en Cuba.
De hecho, pocas horas después de la explosión, uno de los negociadores guerrilleros en La Habana, alias «Rodrigo Granda», se mostró sorprendido y afirmó que las FARC no atacan «impunemente a la población civil».
«Nosotros en muchos casos utilizamos armamento no convencional, armamento popular, que no tiene todas las posibilidades tecnológicas de utilizarse hacia un objetivo en concreto. A veces se desvía y se causan daños involuntarios», dijo «Granda» a Caracol Televisión al insinuar que ese ataque habría buscado un objetivo militar.
Fueron precisamente integrantes del Frente Sexto de las FARC los autores del sangriento atentado contra la estación de Policía de Inzá (Cauca) del pasado 7 de diciembre, que causó nueve muertos y decenas de heridos y fue seguido del anuncio del alto al fuego unilateral por parte de la guerrilla.
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, quien cuando explotó hoy la motocicleta estaba en un Consejo de Ministros en Popayán, la capital del vecino departamento del Cauca, no tardó en reaccionar y aseguró que la guerrilla tiene una forma «irracional y contradictoria de actuar», en alusión a los diálogos de paz en Cuba.
Más tarde Santos calificó el acto de las FARC de «infinita torpeza» y añadió que esas acciones contra la población civil lo que hace es que el país reaccione contra los rebeldes.
Por su lado, el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, que se trasladó tras el atentado a Pradera, afirmó que «las FARC actúan como Al Qaeda».
También se refirió al ataque el coordinador de las Naciones Unidas en Colombia, Fabrizio Hochschild, quien lo tildó de «lamentable» y sintió que los afectados fueran civiles.
«Si hay discusiones de paz, todos tienen que hacer todo lo posible para evitar que el conflicto siga causando muertos, heridos, confinados, desplazados y reclutamiento de niños», insistió Hochschild en declaraciones a Caracol Radio.
La mayoría de los heridos, entre ellos tres policías, fueron atendidos en el Hospital San Roque de Pradera y los más graves fueron trasladados a centros médicos de los vecinos municipios de Cali y Palmira.
Este atentado, que sucede un día después de que la guerrilla diera por concluido un alto al fuego, sigue a la muerte de un soldado en combates con integrantes del Frente 57 de las FARC en el departamento del Chocó (noroeste).
Las FARC y el Gobierno negocian desde noviembre de 2012 en La Habana un acuerdo de paz encaminado a acabar con medio siglo de guerra.
El diálogo se desarrolla sin un alto el fuego bilateral y en medio de constantes enfrentamientos armados, atentados y bombardeos.
Bogotá, 16 ene (EFE).-