Bogotá, 20 ene (EFE).- Las FARC cumplieron hoy el primer mes de su alto el fuego unilateral en Colombia respetando lo acordado «al 100 %» pese a las ofensivas terrestres y bombardeos de las Fuerzas Militares en su contra, según corroboran varios informes independientes.
El alto el fuego unilateral e indefinido de la guerrilla, en vigor desde el pasado 20 de diciembre, es el que quinto que las FARC declaran desde que se inició el actual proceso de paz, el 19 de noviembre de 2012, si bien en esta ocasión dos novedades han marcado la diferencia.
Primero, el carácter de «indefinido» siempre y cuando no recibieran ataques en su contra, y segundo, la petición de que el cese de hostilidades fuera verificado por organismos nacionales e internacionales.
Las FARC querían que las evaluara la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y la plataforma nacional Frente Amplio por la Paz, que aglutina organizaciones políticas de izquierda y movimientos sociales.
Aunque el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos no aceptó poner fin a las acciones militares ni la verificación de estos organismos, al cumplirse hoy los primeros 30 días de alto el fuego se han divulgado en Colombia varios informes que corroboran que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han cumplido su palabra.
Así lo aseguran en sendos informes la Defensoría del Pueblo, el Frente Amplio, el Centro de Recursos para Análisis de Conflictos (Cerac) y la Fundación Paz y Reconciliación, que se han movido por Colombia para, a través de testimonios y observación, comprobar si el grupo armado ha dejado de disparar.
Todos coinciden en que la guerrilla ha cumplido «a cabalidad» y «al 100 %» con el cese el fuego unilateral y que lo han hecho pese a los ataques militares.
Desde el 20 de diciembre las FARC han emitido varios comunicados en los que han denunciado que su alto el fuego estaba en peligro por los bombardeos y operaciones terrestres en su contra, que el Gobierno justifica en el «deber de proteger a la población».
Según la Fundación Paz y Reconciliación, en el último mes se han registrado 17 acciones armadas entre Ejército y guerrilla, la mayoría bombardeos y campos minados que en su totalidad son acciones «ofensivas de la Fuerza Pública y defensivas de las FARC», si bien destaca que estas van en descenso.
En cambio, el Frente Amplio, que entregó hoy su informe a representantes diplomáticos de Cuba, sede del proceso de paz y garante de las negociaciones junto con Noruega, difiere en el número de ofensivas.
Ellos destacan cinco operaciones militares, entre bombardeos y desembarcos terrestres, ocurridos entre los pasados 22 y 29 de diciembre.
Durante la presentación del informe en Bogotá, uno de los portavoces del frente, el senador Iván Cepeda, del izquierdista Polo Democrático Alternativo, consideró «incomprensible» mantener las ofensivas contra «una fuerza que está manteniendo una tregua» e instó al Ejército a no «seguir poniendo en riesgo el cese el fuego».
Mientras, la Defensoría del Pueblo registró tres combates entre las FARC y el Ejército, si bien no han podido establecer «la iniciativa» de los mismos.
En esos tres enfrentamientos registrados durante este mes, apuntó la institución, murió un soldado y fue capturado con heridas graves Carlos Andrés Bustos Cortez, alias «Richard», señalado como mando de la Columna Móvil Teófilo Forero de las FARC.
Tras esta publicación, Santos ya ha prometido al Frente Amplio un encuentro para abordar la verificación que por el momento carece de fecha, reveló la organización.
En los poco más de dos años que llevan negociando, el Gobierno y las FARC han alcanzado preacuerdos sobre tres de los cinco puntos para firmar la paz, referidos a la propiedad de la tierra, participación política y drogas ilícitas.
Las partes volverán a La Habana el 2 de febrero, cuando retomarán, tras el descanso de Navidad, el cuarto apartado, sobre el reconocimiento y reparación de las víctimas, y abrirán el último, del cese el fuego bilateral y dejación de armas por parte de la guerrilla.
Cynthia de Benito