Washington, 11 nov (EFE).- Las discrepancias ideológicas entre los aspirantes a la nominación republicana para la Casa Blanca salieron a la luz en el cuarto debate de primarias, que por primera vez mostró las diferentes propuestas de los precandidatos en temas clave como Inmigración, según expertos consultados hoy por Efe.
«La noche terminó casi como empezó», resumió la analista de gobiernos del centro de estudios Brookings Elaine C. Kamarck, quien consideró que los grandes ganadores del debate no fueron los republicanos, sino el público que por fin pudo escuchar «intercambios inteligentes» entre sus políticos.
Un día después del cuarto «combate» dialéctico entre los conservadores, celebrado en Milwaukee (Wisconsin), los analistas coinciden en que el encuentro sirvió para reforzar el «statu quo» y afiló la batalla entre los candidatos en cabeza, como el magnate Donald Trump y el senador Marco Rubio.
«Fue un debate con menos drama, menos confrontación y, sin lugar a dudas, con más debate sobre temas. Los ganadores son los que siguen estando primeros, se mantiene el ‘statu quo'», dijo a Efe el director de Proyectos Latinoamericanos de la facultad de Gestión Política de la Universidad de George Washington, Roberto Izurieta.
No obstante, para este experto, el cuarto debate dejó entrever que Trump y el neurocirujano Ben Carson son «golondrinas de verano», que darán paso a contendientes más serios como el exgobernador por Florida Jeb Bush, que volvió a brillar sobre la tarima tras su apagada actuación en anteriores debates.
«La retórica de Trump es simple y repetitiva y puede comenzar a cansar», advirtió Izurieta.
A lo largo del día, la actuación del senador Marco Rubio se ganó los elogios de diferentes políticos, como el expresidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich, que consideró que el legislador «fortaleció su posición como un candidato importante», según dijo en Twitter.
«Mi campaña va a seguir siendo sobre el futuro de EEUU y lo que necesitamos es asegurarnos de que el siglo 21 es un Nuevo Siglo Estadounidenses», resaltó hoy en la cadena NBC Rubio, que se paseó por los diferentes programas matutinos para presumir de su buena actuación en los debates.
Su capacidad para ofrecer respuestas articuladas a los moderadores y evitar el cuerpo a cuerpo con otros candidatos le ha permitido situarse como rival del exgobernador de Florida Jeb Bush, que como él busca el amor del «establishment», el aparato de Partido Republicano.
Para Izurieta, las preguntas sobre inmigración dieron alas a Bush y marcaron las mayores diferencias entre los candidatos, que coincidieron en muchos temas económicos y de política exterior.
En el debate, sobresalió el enfrentamiento en materia migratoria de Trump con el gobernador de Ohio, John Kasich, y Bush, quienes aseguraron que es «imposible» deportar a los 11 millones de indocumentados que se calcula que residen en EEUU, como propone el multimillonario neoyorquino.
«No se puede echar a los inmigrantes. Es imposible y no va con los valores de EEUU. En la campaña de (Hillary) Clinton se frotan las manos cuando tenemos este debate», aseguró Bush.
Inmediatamente después, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton tachó de «absurdas» las propuestas de inmigración del partido «ReTrumplicano», en referencia a la influencia que la retórica antiinmigrante de Trump ha tenido en el resto de republicanos, como el senador Ted Cruz, que cargó contra los indocumentados.
«Los debates perjudican a la gente más que beneficiarla. Es dañino no estar en el escenario, es dañino tener una mala actuación (…) No espero grandes cambios en las encuestas ni en la recaudación de fondos», dijo hoy a Efe el analista político y profesor de la Universidad de George Washington, Michael Cornfield.
Cuando quedan tres meses para el comienzo del proceso de primarias y un año para las presidenciales, Cornfield advirtió que, a partir de ahora, los candidatos incrementarán sus viajes a los estados clave de Iowa y Nuevo Hampshire e invertirán más fondos en anuncios televisivos.
Ejemplo de ello son Bush, que hoy viajó a Iowa para reunirse con veteranos de guerra, y el senador por Kentucky Rand Paul, que este viernes tiene previsto intervenir en un foro en Nuevo Hampshire sobre la importancia de proteger la Carta de Derechos, promulgada en el siglo XVIII y de enorme valor para los estadounidenses.
El cuarto debate celebrado anoche fue organizado por Fox Business y The Wall Street Journal y el hecho de que los participantes fuesen ocho y no diez (como venía siendo habitual) contribuyó a la fluidez de la conversación, que antes se había visto obstaculizada por los ataques personales y las descalificaciones.
Beatriz Pascual Macías