La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, no dio hoy sorpresas y dejó la economía de la zona del euro en piloto automático tras haber aumentado en junio los estímulos más de lo que se esperaba, hasta 1,35 billones de euros, al menos hasta finales de junio de 2021.
Tras la reunión del Consejo de Gobierno, que mantuvo los tipos de interés, Lagarde dijo en rueda de prensa que la actividad económica de la zona del euro se ha reanudado desde la reunión anterior a comienzos de junio, pero sigue «muy por debajo del nivel al que estaba antes de la pandemia de coronavirus».
Algunos indicadores económicos tocaron fondo en abril y muestran «una significativa recuperación en mayo y junio», aunque de forma desigual y parcial, tras relajarse las medidas de confinamiento, según Lagarde.
La pérdida de empleo e ingresos y la incertidumbre sobre la evolución de la pandemia tienen consecuencias en el consumo y la inversión, por lo que es necesario un amplio estímulo monetario para que suba la inflación hasta una tasa algo por debajo del 2 %, según la presidenta del BCE.
En la rueda de prensa también participó presencialmente el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, que lo había hecho de forma virtual desde la propagación de la pandemia en Europa.
Lagarde mostró que el BCE está dispuesto a utilizar en su totalidad el programa de compras de deuda por la pandemia, dotado con 1,35 billones de euros, aunque hayan reducido el ritmo de adquisición de bonos durante las últimas semanas.
La presidenta del BCE dijo que han reducido las compras porque la situación de los mercados financieros es más estable y porque «se ha reducido el riesgo de fragmentación».
Lagarde explicó que la rentabilidad de los bonos soberanos y de la deuda corporativa ha bajado y que los precios de las acciones han subido, pero que todavía «no estamos donde estábamos antes de la pandemia».
Y ha agregado que los intereses que deben pagar algunos gobiernos para refinanciarse son todavía más elevados que antes del coronavirus y los intereses de esos bonos soberanos son la base de los intereses de los préstamos a las empresas y los hogares.
Por ello no utilizarán el programa de compra de deuda en su totalidad, sólo si hay buenos datos en la evolución de la crisis.
La presidenta del BCE consideró que las medidas monetarias que ha aprobado la entidad «siempre tardan tiempo en actuar, no lo hacen de la noche a la mañana», pero hizo hincapié en que las condiciones financieras han mejorado en la zona euro.
Las empresas de la zona euro han tomado préstamos desde marzo y hasta junio por 250.000 millones de euros, una cantidad sin precedentes, según Lagarde, que muestra que lo que han hecho ha funcionado.
Lagarde también instó a los líderes de la Unión Europea (UE) a aprobar rápidamente el plan de recuperación económica.
La reunión del BCE precede al Consejo Europeo de los líderes de la UE el viernes y sábado para negociar el plan de recuperación a la pandemia.
La Comisión Europea ha propuesto un fondo de 750.000 millones de euros, de los que 500.000 millones se desembolsarían en forma de subvenciones a fondo perdido y 250.000 millones como préstamos.
Pero Holanda, Dinamarca, Austria y Suecia, llamados en los mercados los cuatro frugales o ahorradores, se oponen y quieren que se concedan créditos en vez de subvenciones y unas condiciones más estrictas para las ayudas.
Lagarde espera que el fondo se componga de subvenciones, en una proporción mayor, y de préstamos, para ayudar a los países más afectados por la pandemia.
En este sentido, dijo que espera «un elevado espíritu de cooperación en el Consejo Europeo».