GINEBRA — El desplazamiento interno en Haití, causado en gran medida por la violencia de pandillas , se ha triplicado en el último año y ahora supera el millón de personas, un récord en la nación caribeña, dijo la agencia de migración de la ONU.
La Organización Internacional para las Migraciones informó el martes que la “violencia incesante de las pandillas” en la capital, Puerto Príncipe, ha provocado que casi se haya duplicado el número de desplazados allí y que se haya producido un colapso de la atención sanitaria y otros servicios, además de agravar la inseguridad alimentaria. Haití es uno de los países más pobres del mundo.
“Los últimos datos revelan que 1.041.000 personas, muchas de ellas desplazadas varias veces, luchan contra una crisis humanitaria que se intensifica”, afirmó la agencia con sede en Ginebra en un comunicado. Los niños representan más de la mitad de la población desplazada.
La cifra supone un aumento de tres veces en el desplazamiento respecto de los 315.000 de diciembre de 2023, afirmó la OIM.
El portavoz de la agencia, Kennedy Okoth, dijo en una reunión informativa de la ONU en Ginebra que el retorno forzado de unas 200.000 personas, en su mayoría de la vecina República Dominicana, a Haití durante el último año había empeorado la crisis. Ambos países comparten la isla caribeña de La Española.
Okoth dijo que el número de sitios de desplazados en Puerto Príncipe aumentó de 73 a 108 en el último año.
La administración saliente del presidente estadounidense Joe Biden ha apoyado y ampliado firmemente un programa de estatus temporal , que permite a algunos ciudadanos extranjeros de países como El Salvador, Haití y Venezuela permanecer en Estados Unidos.
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, y su compañero de fórmula, J. D. Vance, han sugerido que reducirían el uso del programa y las políticas que otorgan estatus temporal, mientras buscan deportaciones masivas. Las regulaciones federales de Estados Unidos permitirían que las extensiones se terminaran antes de tiempo, aunque eso nunca se ha hecho antes.
Cuando se le preguntó si la OIM tenía alguna preocupación sobre posibles cambios en dichas protecciones estadounidenses, Okoth se negó a hacer comentarios sobre algún país específico.
Pero dijo que “la deportación o cualquier retorno forzado a países que ya enfrentan crecientes desafíos humanitarios y de seguridad no es algo que vaya a ser beneficioso para el grupo”.
