La tasa de inflación anual de Canadá se redujo al 6,3 % en diciembre, ya que el costo de los comestibles se mantuvo alto y los precios de la gasolina se enfriaron.
En su último índice de precios al consumidor, Statistics Canada explicó que los canadienses continuaron viendo cómo los precios en las tiendas de comestibles se dispararon el mes pasado en comparación con hace un año.
Los precios de los comestibles aumentaron un 11 % anual, una ligera mejora desde el 11,4 % de noviembre, indicó la agencia federal.
La tasa de inflación anual del país alcanzó su punto máximo en el verano con un 8,1 % y se ha ido desacelerando lentamente desde entonces. En noviembre, la tasa de inflación anual fue del 6,8 %.
Mientras tanto, los canadienses vieron algo de alivio en la bomba el mes pasado, pagando un 13,1 % menos en comparación con noviembre. Statistics Canada explicó que el precio del petróleo crudo cayó en medio de preocupaciones sobre una desaceleración de la economía mundial.
Excluyendo alimentos y energía, los precios aumentaron un 5,3 % en diciembre sobre una base anual.
La desaceleración de diciembre también fue compensada por aumentos en los costos de intereses hipotecarios, prendas de vestir y calzado, y artículos y equipos para el cuidado personal.
Bank of Canada prestará mucha atención a este último informe de inflación mientras se prepara para su próxima decisión sobre la tasa de interés el 25 de enero.
Además de la inflación general, también analizarán sus medidas preferidas de inflación, que se redujeron ligeramente el mes pasado.
El índice de precios al consumidor más reciente proporciona los puntos de datos finales para la inflación en 2022.
El aumento de los precios de la energía contribuyó significativamente a la alta inflación el año pasado, ya que los consumidores pagaron un 28,5 % más por la gasolina en 2022 en promedio anual.
Aunque gran parte de la alta inflación ha sido impulsada por los precios de la energía, la economía canadiense experimentó una ampliación de las presiones inflacionarias en 2022.
Los precios de los comestibles subieron un 9,8%, marcando el ritmo más rápido desde 1981.
La agencia federal conlcuyó que los precios de los bienes duraderos aumentaron un 6,2 %, mientras que los precios de los servicios subieron un cinco por ciento.