El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, afirmó hoy que la actitud negativa hacia su país por parte de Occidente comenzó antes del conflicto ruso-ucraniano, al intervenir un foro universitario en Moscú.
«Basta con recordar la propaganda histérica antirrusa que se apoderó de EEUU y Europa mucho antes de los sucesos en Ucrania, el afán de desprestigiar por cualquier medio los Juegos Olímpicos de Sochi», dijo el titular de Exteriores, citado por agencias locales.
Así se refirió al aluvión de críticas y advertencias occidentales que afirmaban antes del inicio de los Juegos de Invierno que las infraestructuras de la ciudad de Sochi no estaban preparadas para acoger competiciones olímpicas.
«El espíritu de colaboración, así como el serio trabajo para crear un clima de verdadera confianza mutua en nuestro continente han sido sacrificados a favor de la política de contención de nuestro país, política a la que en realidad Occidente nunca ha renunciado», señaló Lavrov.
El diario estadounidense New York Times publicó el pasado domingo un artículo sobre la intención de Washington de revisar sus relaciones con Moscú y volver a la política de contención, formulada en 1947 por el diplomático estadounidense George Kennan.
Lavrov también acusó a Occidente de impulsar en Ucrania una «revolución de color», término que se utiliza en Rusia para las revueltas populares en el espacio postsoviético, que según Moscú son instigadas desde el exterior.
«EEUU y la UE han intentado -vamos a llamar las cosas por su nombre- llevar a cabo una nueva revolución de color, una operación anticonstitucional para derrocar el régimen», afirmó.
El jefe de la diplomacia rusa aseguró que «a Ucrania la utilizaron y siguen utilizándola como títere en un juego geopolítico».
«Las acusaciones contra Rusia de que, al responder a la voluntad de expresión libre de los crimeos (sobre la adhesión de Crimea a Rusia), ha violado el espíritu de colaboración en Europa no valen ni el papel en el que se escribieron», aseveró.
Moscú, 24 abr (EFE).-