Washington, 6 jul (EFE).- La precampaña electoral de Donald Trump, en la que muchos vieron una estrategia de publicidad para sus negocios, está resultando contraproducente tanto para su marca como para su bolsillo por la ola de rechazo que han desatado sus comentarios ofensivos sobre los inmigrantes mexicanos.
La polémica le ha costado hasta ahora la ruptura de contratos con las cadenas de televisión Univisión, NBC y Ora TV, el Grupo Televisa, el gigante comercial Macy’s, y la Asociación Nacional de Carreras de Automóviles de Serie (NASCAR, por su sigla en inglés).
Lejos de pedir perdón por sus desafortunadas palabras, Trump las ha reafirmado y se ha lanzado a una guerra abierta contra todos los que se le han enfrentado.
«Gracias a toda la gente que ha llamado para decir que están cortando sus tarjetas de crédito de Macy’s como protesta contra los inmigrantes ilegales que entran a espuertas en Estados Unidos», es el último mensaje que ha escrito hoy en su cuenta oficial de Twitter, a través de la cual pidió boicotear esa cadena de tiendas.
Sólo hay que repasar su perfil en la red social para constatar que sus ataques contra los inmigrantes no comenzaron con el anuncio de su precandidatura, el 16 de junio, cuando los focos de la campaña presidencial dieron una magnitud a sus palabras que ni él mismo se esperaba.
«No sabía que iba a ser tan grave, pero sí sabía que iba a ser malo», reconoció Trump el sábado en una entrevista con el canal conservador Fox News.
«Esto no es bueno para mi marca. Creo que es malo para mi marca. Quizás esté liderando los sondeos, pero ciertamente esto no es bueno. Estoy perdiendo clientes, estoy perdiendo gente», admitió.
La polémica arrancó cuando, en su primer discurso como aspirante presidencial, dijo sin ambages: «México manda a su gente, pero no manda lo mejor. Está enviando a gente con un montón de problemas (…). Están trayendo drogas, el crimen, a los violadores. Asumo que hay algunos que son buenos».
Desde entonces, no sólo ha perdido lucrativos contratos sino que se ha convertido en el blanco de un aluvión de críticas, también desde las filas de su partido, el Republicano.
Los precandidatos republicanos Jeb Bush, Marco Rubio, Rick Perry, Lindsey Graham, y Chris Christie se han apresurado a desmarcarse de sus comentarios, han criticado sus palabras y han aprovechado para recordar su historial de importantes donaciones a políticos demócratas y su relación con los Clinton.
«Hacer este tipo de comentarios extraordinariamente feos no representa al Partido Republicano. Trump está equivocado. Vamos a ganar donde somos optimistas y prometedores, y grandes y amplios, en lugar de ‘arr, grr’ enfadados todo el tiempo», opinó Jeb Bush, casado con una mexicana y el más tajante en sus comentarios contra el magnate.
Sin embargo, la polémica no parece pasarle factura a Trump en las encuestas, que le sitúan a la cabeza de la concurrida carrera republicana por la Casa Blanca.
El último sondeo de CNN lo coloca en segundo lugar, con un 12 %, sólo por detrás de Jeb Bush (19 %) y a una notable distancia del tercero, el exgobernador de Arkansas Mike Huckabee (8 %).
El magnate ha tenido buenos resultados en las encuestas siempre que ha coqueteado con la idea de presentarse a presidente, algo con lo que especuló por primera vez en 1988.
En 2011, después de que dijera abiertamente que estudiaba postularse, un sondeo de Wall Street Journal/NBC News le situaba segundo en la carrera republicana, muy cerca del que finalmente fue el candidato, el exgobernador de Massachusetts Mitt Romney.
En esas ocasiones, Trump acabó diciendo que no se presentaba porque sus negocios, que le han procurado una fortuna de más de 4.100 millones de dólares según Forbes, eran lo más importante para él.
Ahora, tan sólo dos semanas después del inicio de su carrera presidencial, el magnate ya reconoce las consecuencias económicas y de marca que ha tenido su entrada en la primera línea política.
«Yo tenía uno de los programas de televisión más vistos, ‘The Apprentice’, y decidí no hacerlo porque quería hacer esto (presentarse a las primarias). ¿Quién hace eso? Además, he dejado de ganar millones de dólares en acuerdos porque estoy haciendo esto», dijo a Fox.
«Y entonces te enteras de lo de Nascar, y la NBC, y de las personas que dejan caer a Trump porque Trump quiere seguridad (frente a la inmigración ilegal)», concluyó, en alusión a los comentarios que encendieron la polémica.
Cristina García Casado