Caracas, 31 may (EFE).- La oposición venezolana insistirá en la bandera del referendo para revocar al presidente, Nicolás Maduro, como vía para superar los problemas del país, aunque recibe de buena gana el apoyo que, dice, ha recibido de la OEA con la activación de la Carta Democrática.
La alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) dijo a través de sus voceros Henrique Capriles y Henry Ramos Allup que esta plataforma celebra el informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) con el que su secretario general, Luis Almagro, invocó la activación de la Carta Democrática.
No obstante, los voceros también aclararon que la vía es el revocatorio y por ello la MUD informó que mañana una comisión de diputados acudirá a la sede del Poder Electoral para exigir que el organismo anuncie el siguiente paso en la activación del referendo.
Capriles aplaudió el contenido del informe presentado por Almagro y señaló que las recomendaciones que ofrece no tienen ningún contenido «que atente contra los derechos de los venezolanos».
El dos veces candidato a la Presidencia y gobernador del céntrico estado Miranda aclaró, sin embargo, que la Carta Democrática «no cambia al Gobierno».
«Eso hay que decirlo con mucha claridad (…) la solución a la crisis es el revocatorio», resaltó y recordó que este es el método que está establecido en la Constitución para recortar el mandato del presidente, a quien atribuye la causa de la crisis económica, política y social que vive el país.
«Quieras o no quieras, Maduro, vas a entrar en la Constitución», dijo.
Asimismo, señaló que la MUD enfrenta «un cartel» de delincuentes que «no tiene ningún tipo de escrúpulos» y que de ahí vienen las denuncias hechas por el chavismo sobre el supuesto fraude en las firmas para activar el revocatorio.
«No le hagan caso a esos voceros (…) este año va a haber revocatorio, porque esa es la decisión de la mayoría del pueblo venezolano, toda la opinión internacional junta va a decirle también al Gobierno: ‘señor, usted tiene que someterse al escrutinio popular'», subrayó.
Ramos Allup, por su parte, festejó que Almagro haya procedido «en ejercicio de sus funciones» y «acogiera» las exigencias y planteamientos que ha hecho la oposición venezolana para que en el seno de la OEA «se plantee crudamente la situación de Venezuela».
El parlamentario dijo que la situación de Venezuela «no se puede ocultar más» y que es evidente la «crisis humanitaria» que, dijo, viven los venezolanos, donde «el único que se empeña en negarla es el Gobierno» que preside Maduro.
Asimismo, señaló que en Venezuela hay «presos políticos», «derechos humanos violados» y «no existe auténtica libertad de expresión» mientras que «todos los órganos del Poder Público» están al servicio del Gobierno.
Por todo esto celebró el paso dado por Almagro que «quiere decir que se va activar la Carta para que se debata el caso de Venezuela en el seno de la OEA».
Adelantó, asimismo, que la oposición ha pedido formalmente a la OEA que se les permita exponer ante el Consejo Permanente «cuál es la situación de Venezuela» y que no irán «con conjeturas» sino con «pruebas, con documentos públicos» y «hechos concretos».
«Y por supuesto, desearíamos fervorosamente, vehementemente, que cuando expresemos allí lo que tenemos a bien expresar, esté presente la representación del Gobierno del presidente Maduro», señaló el diputado.
Maduro, por su parte, acusó a Almagro de promover una «intervención extranjera» en Venezuela por impulsar la Carta Democrática al tiempo que anunció que demandará a la directiva del Parlamento venezolano por solicitar este mecanismo a la OEA.
Aseguró que a Venezuela «nadie le va a aplicar ninguna carta».
También dijo que mañana mismo, a través de la Cancillería y la Procuraduría General de la República, entablará una demanda contra la directiva de Parlamento «por usurpar funciones constitucionales exclusivas del presidente de la República» y por «traición a la patria».
Y durante su programa de radio y televisión «En contacto con Maduro» comentó que el informe de Almagro, que calificó como «un desatino, una desproporción», está lleno «de odio» y de «subjetividad».
Subrayó que con este documento el secretario general quedó «descalificado a los ojos de América» pues «perdió el equilibrio», además de, supuestamente, haberse entregado «a las manos del Departamento de Estado» de Estados Unidos.
«Venezuela no se va a entregar y los movimientos sociales, populares, revolucionarios, juveniles, del continente van a defender» al país en las calles, dijo.