La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de Naciones Unidas está «preocupada» por la situación de los migrantes haitianos que se encuentran en «condiciones muy precarias» en la frontera entre Estados Unidos y México.
En un comunicado, la OIM México señaló que dada la actual situación socioeconómica y política en Haití y sabiendo que a muchas de estas personas migrantes se les ha otorgado previamente residencia permanente, o que tuvieron hijos en otros países de la región, «la OIM está buscando activamente alternativas diferentes al regreso a Haití para quienes tienen otras opciones».
Parte de esta búsqueda de opciones migratorias humanas, regulares y seguras para esta población es la comunicación de la OIM con la embajada de Brasil en México.
Además, dijo que en caso de que las personas migrantes estén dispuestas a regresar y si los Estados concernientes están de acuerdo, «la OIM está lista para ofrecer su experiencia en programas de Retorno Voluntario Asistido (RVA) para ayudar a estas personas a retornar en condiciones seguras e informadas».
La OIM remarcó que el RVA «se lleva a cabo bajo condiciones específicas de voluntariedad» y aplica un estricto protocolo para asegurar que las condiciones al momento del retorno no pongan en riesgo a las personas o familias retornadas.
La crisis migratoria protagonizada por migrantes haitianos se ha extendido a lo largo de México con miles de personas varadas en la frontera sur y otros malviviendo en el norte de país mientras buscan cruzar a Estados Unidos.
La región vive una ola migratoria sin precedentes desde comienzos de año con un flujo histórico de 147.000 indocumentados detectados en México de enero a agosto, el triple de 2020, y un récord de 212.000 migrantes detenidos solo en julio por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de Estados Unidos.
Esta última semana la situación se ha recrudecido enormemente en el norte de México con el arribo de miles de haitianos que intentaron cruzar desde Ciudad Acuña, en el estado de Coahuila, hasta Del Río (Texas), dejando trágicas imágenes como la de un agente de la Patrulla Fronteriza golpeando aparentemente con un látigo a un haitiano.
Mientras que en México, centenares de ellos pernoctan ahora en un campamento improvisado en Ciudad Acuña, vigilado por las autoridades, y se debate entre intentar cruzar a Estados Unidos o apostar por solicitar refugio.
En ambos puntos, miles de migrantes han saturado los albergues existentes y han llegado a dormir a la intemperie, reflejando las dificultades que tienen ambos países para atender la crisis existente.
Sin embargo, Estados Unidos confirmó este viernes que ya no quedan migrantes, en su mayoría haitianos, en un campamento improvisado hace semanas bajo un puente de la frontera con México, que abrió un nuevo capítulo en la crisis migratoria que afronta el presidente Joe Biden desde su llegada a la Casa Blanca.
El secretario de Seguridad Nacional (DHS, por su sigla en inglés) de EE.UU., Alejandro Mayorkas, anunció en un conferencia de prensa en la Casa Blanca que «ya no hay migrantes en el campamento debajo del puente» de la localidad de Del Río, por donde han pasado desde el 9 de septiembre unas 30.000 personas, con hasta 15.000 el día que más hubo.