La nieta de Mao Zedong, Kong Dongmei, es una de las 500 personas más ricas en China, según la nueva edición de la lista anual que publica la revista «New Fortune» de Cantón (sur), en la que también aparece el marido de Kong y que ha reavivado el debate en torno a la distribución de la riqueza en el país.
Con una fortuna valorada en 5.000 millones de yuanes (unos 814 millones de dólares, 619 millones de euros) la nieta aparece junto a su marido, Chen Dongsheng, en el puesto 242 de la lista de los 500 más adinerados de 2013 en China.
Kong Dongmei es una de las principales accionistas y ejecutivas de la compañía de seguros «Taikang Life Insurance», con sede en Pekín, de la que su marido es el presidente.
Kong, hija de Li Min -el único hijo superviviente de Mao de su segundo matrimonio con He Zizhen-, se unió a la citada compañía en 1992 tras graduarse en la Universidad de Pekín en Aeronáutica y Astronáutica.
Posteriormente, llevó a cabo un máster en la Universidad de Pensilvania en 1999 y ejerció de presidenta de una empresa cultural en Pekín -encargada además de una librería para proteger la «cultura comunista»-, donde aprovechó el nombre de su abuelo con la publicación de hasta cuatro «best-sellers».
La revelación de la fortuna de la familia de Mao Zedong parece contradecir las palabras de general Mao Xinyu, otro nieto de Mao, quien en 2009 señaló a los medios que «la herencia de la familia de Mao es honesta y limpia».
«Ningún familiar de Mao se ha metido en negocios. Viven modestamente con sus modestos salarios», aseguró entonces.
En paralelo a esta noticia, un estudio de la Universidad de Tsinghua -de las más prestigiosas del país- reveló que los graduados de familias en las que el padre o la madre trabajan para el Gobierno pueden llegar a cobrar «un 15 por ciento más que sus compañeros», indica hoy el diario «South China Morning Post».
Los resultados de la encuesta, realizada a 6.059 graduados de hasta 19 universidades desde 2010, evidencian que más jóvenes provenientes de «familias con buenas conexiones» fueron contratados por empresas de la industria financiera, por agencias gubernamentales, instituciones sociales u organizaciones internacionales.
El resto de licenciados de «familias ordinarias» fueron a parar a trabajos en el sector industrial, como la minería, la manufactura o la construcción.
Ambas encuestas indican la importancia en China del llamado «guanxi», la red de favoritismos que abarca todos los sectores de la sociedad y que evidencia las diferencias salariales -y de clase- de haber nacido en una familia u otra.
Pekín, 9 may (EFE).-