La liberación hoy del cabo del Ejército Carlos Fabián Huertas por parte del ELN supone una respuesta a la condición planteada por el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, de que esa guerrilla debe entregar a todos los cautivos si quiere iniciar un diálogo de paz.
Santos reiteró ayer al Ejército de Liberación Nacional (ELN) su petición de que diese «gestos» y liberase al geólogo canadiense Jernoc Wobert y a los demás secuestrados que tiene en su poder para iniciar unos diálogos como lo hizo hace unos meses con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El mandatario presionó así al ELN, que observa pasivo desde las selvas de Colombia como Gobierno y FARC avanzan en la agenda de un proceso que ya ha recogido algunos acuerdos.
El primer gesto del ELN no se hizo esperar: hoy entregó en zona rural de Fortul, departamento de Arauca (noreste), a una misión humanitaria formada por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), la Iglesia y la Defensoría del Pueblo al cabo tercero Huertas, que tenía en su poder desde el pasado mayo.
Huertas cayó en manos del grupo insurgente el 22 de mayo, tras una emboscada de la guerrilla contra una unidad del Ejército en la que murieron once militares en zona rural del municipio de Chitaga, del vecino departamento de Norte de Santander.
El analista político León Valencia, que fue miembro del ELN, dijo en una entrevista con Efe que la liberación de Huertas y otros actos públicos promovidos por esta guerrilla «obedecen a una conversación interna que tienen el ELN y el Gobierno».
Valencia se refería también al comunicado conjunto que las FARC y el ELN divulgaron el fin de semana pasado en el que requerían «la ineludible necesidad de adelantar conversaciones con toda la insurgencia colombiana» para lograr «cualquier solución al conflicto interno de nuestro país por las vías del diálogo».
«Lo que hicieron las FARC fue buscarlos (al ELN) para comprometerlos en el proceso, para facilitar que ingresen en una mesa de negociación», aseguró Valencia acerca del comunicado conjunto.
El próximo gesto que debería cumplir el ELN para iniciar un proceso con el Gobierno es la liberación del geólogo canadiense Wobert, quien cayó en poder de esta guerrilla el pasado 18 de enero junto a dos peruanos y tres colombianos que ya fueron liberados.
La guerrilla condicionó inicialmente la liberación a que la multinacional minera Braveal, para la cual trabaja el canadiense, entregue cuatro títulos de explotación en el sur del departamento de Bolívar (norte), a las comunidades de la zona.
Para Valencia, la liberación de Wolbert puede darse en las próximas semanas y ese gesto «sería lo que abriría las puertas a formalizar la negociación (con el Gobierno) y a hacerla pública».
Según el analista político, lo que habría hecho cambiar la estrategia a esta guerrilla, sumida en los últimos meses en una escalada militar, es «la presión» de diversos sectores de la sociedad, así como del Gobierno y las FARC, que los habrían empujado a sentarse con el Ejecutivo.
Hoy también se conoció una carta de un grupo de políticos como Iván Cepeda o Ángela María Robledo, artistas como el poeta Juan Manuel Roca y el cineasta Lisandro Duque, y unas 25 organizaciones sociales dirigida al Gobierno en la que piden iniciar diálogos con esta guerrilla.
El ELN, la segunda guerrilla del país con unos 1.500 combatientes en sus filas según cifras gubernamentales, ha insistido en su voluntad de iniciar un proceso de paz con el Gobierno similar al que este mantiene con las FARC en La Habana desde el pasado noviembre.
Los «elenos», como se les conoce coloquialmente en Colombia, cumplen hoy 49 años con este paso en la dirección de sentarse con el Gobierno e iniciar un proceso de paz para poner fin al conflicto armado interno que sufre este país, el más longevo de América Latina.
Bogotá, 4 jul (EFE).-