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La lengua, espejo de la salud

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Las alteraciones linguales más frecuentes suelen ser benignas. No obstante, los especialistas explican que la lengua puede reflejar la existencia de enfermedades sistémicas que han podido pasar desapercibidas. En este sentido, es recomendable acudir al especialista ante cualquier lesión que no desaparezca en quince días.

El color de la lengua, la humedad y el estado de las papilas son elementos clave a la hora de descubrir si la lengua está afectada por alguna patología. Así, al abrir la boca delante del espejo podemos apreciar si está pálida o ha cambiado de color. La palidez podría indicar anemia severa, sin embargo, el cambio de color suele tener su origen en algunos alimentos como el vino tinto o los caramelos.

La humedad de la lengua, por su parte, muestra el estado de hidratación corporal, siempre que no se respire por la boca, describe el manual Hutchison’s de métodos clínicos. Asimismo, el estado en el que se encuentran las papilas puede indicar la existencia de enfermedades o carencias.

ATENCIÓN ESPECIAL FUMADORES Y BEBEDORES.

“Una atrofia generalizada de las papilas da lugar a una lengua lisa o calva que es característica de la deficiencia de vitamina B12, aunque puede verse a veces en la anemia ferropénica, en la enfermedad celíaca y en otras enfermedades gastrointestinales y estados deficitarios”, destaca esta publicación.

Según explica Ignacio Navarro Cuéllar, especialista en cirugía oral y maxilofacial del Hospital USP San Camilo de Madrid (España), las lesiones que con más frecuencia se producen en la lengua son generalmente benignas: «Suele tratarse de aftas, inflamación de las papilas linguales o mucositis, entre otras. También pueden aparecer pequeñas lesiones linguales relacionadas con traumatismos dentales».

Además, el facultativo recuerda que en la lengua pueden manifestarse enfermedades sistémicas que han podido pasar desapercibidas. Puede tratarse, «entre otras afecciones, de enfermedades ampollosas, de otras enfermedades autoinmunes o de síndromes linfoproliferativos como los linfomas», indica el experto.

Atendiendo a la recomendación del doctor, las personas fumadoras o bebedoras deben prestar especial atención a las lesiones linguales que no se curan ya que «pueden ser la primera manifestación de una enfermedad maligna, en cuyo caso el diagnóstico precoz tiene una importancia capital».

El doctor Navarro Cuéllar indica que hay que consultar a un especialista ante lesiones linguales que no desaparezcan en un plazo de dos semanas, ya sean estas úlceras, induraciones, aftas, etc.

Otras lesiones que pueden aparecer en la lengua «son unas placas blanquecinas que se denominan leucoplasias. Estas placas no son malignas pero pueden ser precursoras de una lesión cancerígena» y en este sentido, el doctor aclara que «las leucoplasias son muy frecuentes en la población y que sólo un pequeño porcentaje de ellas maligniza».

Por otra parte, la lengua blanca generalizada puede deberse a una infección fúngica que, según apunta el especialista, se resuelve con tratamiento médico. “Otra entidad que cursa como lengua blanca es la lengua saburral. Consiste en la aparición de una placa blanquecina extensa y densa sobre la lengua, como consecuencia del depósito de microrganismos y de restos celulares y alimenticios. Está, asimismo, relacionada con el consumo de tabaco y alcohol y con enfermedades gástricas e intestinales”, expone.

CAUSAS Y TRATAMIENTO.

Navarro Cuéllar señala que los procesos virales son responsables de muchas de las lesiones que se producen en la lengua y asegura que, cuando es esta la causa, el paciente “mejora en pocos días con un tratamiento médico conservador”. En caso de que el origen sea dental, debe ser el odontólogo quien realice un diagnóstico y prescriba el tratamiento correspondiente.

Las enfermedades autoinmunes y los procesos malignos también pueden verse reflejados en la lengua. El facultativo explica que las primeras se deben a una respuesta anómala del organismo contra el propio paciente. Los procesos malignos, sin embargo, tienen su origen en la “degeneración y reproducción de las células del epitelio que no son controladas por nuestro sistema inmune”, detalla.

Navarro Cuéllar subraya también que las infecciones fúngicas requieren un tratamiento con medicación específica, «mientras que las patologías de origen dental, incluso una vez resueltas, deben ser vigiladas por el odontólogo o por el cirujano oral y maxilofacial».

“Para el diagnóstico de determinadas enfermedades autoinmunes, lesiones sospechosas de malignidad o cualquier lesión con más de quince días de evolución en la cavidad oral es obligatorio realizar una biopsia. Así, en función del resultado y de otras pruebas complementarias, se precisará un tratamiento más conservador o más agresivo”, afirma.

No obstante, con las adecuadas medidas de prevención, es posible evitar la aparición de algunas de estas lesiones.

El doctor Navarro Cuéllar hace hincapié en la importancia de la higiene oral. Recomienda cepillarse con dentífrico después de las comidas y utilizar dos veces al día colutorios que contengan clorhexidina. «Las piezas dentales han de mantenerse en buen estado y, para ello, hay que ser rigurosos con las revisiones odontológicas. Además, las leucoplasias tienen que ser estrictamente vigiladas», aconseja.

El especialista resalta, asimismo, la importancia de eliminar los factores de riesgo de enfermedades malignas. Por ello, “el abandono del tabaco y del alcohol debe ser prioritario”, sostiene.

Así, prescindir de tales hábitos, mantener una correcta higiene bucal y vigilar a conciencia cualquier lesión que aparezca en la lengua puede ahorrarnos muchos sobresaltos.

Por Purificación León

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