El fallo del jurado que encontró al oficial de policía Darren Wilson, inocente del delito de asesinato del joven negro Michael Brown, en la ciudad de Ferguson, en Estados Unidos recientemente, deja al descubierto la injusticia de la “justicia”.
Para las organizaciones de derechos humanos el fallo del jurado en este caso es totalmente injusto, no es posible que el jurado declare que el “oficial” asesinó al joven negro en “defensa propia”, cuando el menor de edad ni siquiera portaba un arma. (Está claro que el joven no era un ciudadano ejemplar).
Ahora bien si el oficial se sintió amenazado, un solo tiro bastaba para defenderse. No necesitaba pegarle ocho tiros o mejor dicho acribillar al joven para sentirse seguro.
Este caso deja al descubierto como el sistema judicial norteamericano ha sido diseñado para proteger a sus “oficiales de policía” en el caso de que estos abusen de su autoridad atropellando a los ciudadanos o como en este hecho asesinándolo, este fallo deja un mal precedente para episodios similares a futuro. Para ser más claros si ocurre un hecho similar entre un civil y un uniformado y el civil resulta muerto el uniformado tendrá todas las de ganar, “los muertos no hablan ni pueden defenderse o cuestionar que lo que el oficial relata en su informe se totalmente cierto o no.
En este problema no solo se plantea un abuso de autoridad desmedido, también quedan serias dudas en el tema del racismo que existe en las instituciones militares y de policía Norteamérica a pesar de contar con un presidente de color.
Este fallo demuestra lo que todo el mundo conoce pero que nadie denuncia y es que muchos oficiales de policía se creen amos y señores de las calles y aplican las leyes a su acomodo, golpeando, insultando, multando, deteniendo y como en este caso asesinando a los ciudadanos en muchos casos injustamente.
Canadá no está excepto de esta clase de irregularidades hay que recordar lo que sucedió en Toronto hace solo algunos meses cuando unos “oficiales de policía” asesinaron a un joven en un tranvía de la ciudad en hechos que aun son motivo de investigación. (Por este delito aun no hay un solo “policía “detenido).
Muchos oficiales de policía, sobre todos los mas jóvenes que buscan ascender en las institución gracias a sus acciones o a su cantidad de detenidos o infracciones hechas, son conocidos por su prepotencia que se nota cuando le hablan a los ciudadanos a los cuales miran por encima del hombro como si fueran de una mejor raza o como si el hecho de portar un uniforme los colocara por encima de los demás.
Que lastima que el sistema judicial norteamericano sea tan injusto con sus ciudadanos. Si esta historia fuera al contrario, es decir que si el joven negro fuera el asesino del uniformado seguro ya le hubieran impuesto una cadena perpetua por ese delito pero como el asesino fue el policía y en “defensa propia” entonces el uniformado es inocente, ¡no hay derecho! Tal vez habría que recodarles a estos policías que al final del día los ciudadanos son los que pagan sus salarios cuando pagan sus impuestos. Y que necesitamos equilibro y control para ejercer cargos de poder.