México, 30 sep (EFE).- La fiscalía de México acusará de uso excesivo de la fuerza y de homicidio a tres de los ocho militares detenidos por la muerte de 22 civiles en un supuesto enfrentamiento en el municipio de Tlatlaya, en centro del país, el pasado 30 de junio.
«La Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía) ha tomado la determinación de culminar la averiguación previa con una acusación de homicidio contra los tres participantes que dispararon», dijo hoy el fiscal Jesús Murillo Karam.
El Ejercito mexicano arrestó la semana pasada a siete soldados y un oficial presuntamente implicados en los hechos, después de que se divulgara el testimonio de una sobreviviente que afirmó que las 22 personas no murieron en un enfrentamiento, sino que fueron asesinadas por los militares.
Acompañado por el procurador de Justicia Militar, Jesús Gabriel López, Murillo Karam indicó que el 30 de junio se registró un enfrentamiento en el que participaron ocho militares y un grupo de presuntos delincuentes, quienes se encontraban en una bodega en el municipio de Tlatlaya del Estado de México.
Tras el choque, tres de los militares ingresaron a la bodega y «realizaron una secuencia de disparos que no tiene justificación alguna», de acuerdo con todas las pruebas periciales efectuadas por los agentes de la fiscalía.
Murillo Karam añadió que mañana solicitarán a un juez una orden de aprehensión por el delito de homicidio y uso excesivo de la fuerza contra estos tres militares que se encuentran en manos de la justicia castrense.
Precisó que los resultados de las investigaciones de la PGR y la fiscalía militar muestran que «hubo exceso de la fuerza y la tipificación del delito de homicidio».
En la primera versión de estos hechos, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) indicó que 22 presuntos delincuentes habían muerto en un enfrentamiento con militares cuando estos realizaban labores de vigilancia.
No obstante, las declaraciones de la testigo generaron una gran presión sobre el Gobierno de Enrique Peña Nieto para que esclareciera los hechos.
Según la testigo, en el enfrentamiento murió sólo uno de los civiles, los demás se rindieron y, tras ser interrogados, los soldados los mataron horas después.
Este mismo día un juzgado castrense decretó la formal prisión contra los ocho militares detenidos al considerar que existen suficientes evidencias para ser juzgados por violaciones a la disciplina militar, desobediencia e infracción de deberes.