En un ritual que ya es familiar en todo el mundo, los seguidores de Apple abarrotaron las tiendas el viernes desde Sydney a Nueva York para ser de los primeros en adquirir el iPhone más reciente del gigante tecnológico.
Los compradores ansiosos formaron largas hileras frente a los establecimientos de Apple Inc. en Oceanía, Asia, Europa y América del Norte.
En Londres, algunos compradores acamparon desde hace una semana para formar una cola que serpenteaba alrededor de la cuadra. Minutos antes de la apertura, los trabajadores de la tienda de Regent Street, en el centro de la capital británica, comenzaron a aplaudir en el interior y a lanzarse consignas de ánimo antes de comenzar la cuenta atrás y recibir a los primeros compradores.
Finalmente la seguridad de la tienda cedió el paso y, entre aplausos y vítores, los ‘applemaníacos’ fueron subiendo la escalinata del recinto para llegar al mostrador donde esperaban los nuevos móviles, cuya venta ha quedado restringida a dos terminales por persona.
Los primeros dueños del iPhone 5 se caracterizaron por su extravagante manera de vestir para acudir a la cita: recubierto completamente de licra el primero en salir, y con camisetas con mensajes de denuncia, los segundos.
En Hong Kong, los primeros clientes fueron recibidos por los vendedores con vítores, aplausos y coros de «iPhone 5! iPhone 5!» antes de acompañarlos uno por uno a través de la puerta principal.
Los primeros usuarios en tener el nuevo celular el viernes fueron los de Australia, Japón, Hong Kong, Singapur, Gran Bretaña, Francia y Alemania. Horas más tarde les siguieron los compradores en Estados Unidos y Canadá. Otros 22 países deberán esperar una semana más.
En Tokio, centenares de japoneses, algunos con disfraces, guardaron largas filas para ser los primeros en hacerse con el flamante teléfono, mientras que tiendas de Apple como la del lujoso barrio tokiota de Ginza, situado en el corazón de la capital de Japón, abrieron sus puertas antes de lo previsto, a las 08.00 hora local
Entre los fervientes seguidores de Apple, un grupo de diez amigos nipones aguardaron la salida del iPhone 5 desde el pasado lunes, cuando por la tarde instalaron su campamento improvisado con sillas y esterillas frente a la puerta de la tienda para ser los primeros.
El iPhone 5 es más delgado, más ligero, tiene una pantalla más alta, un procesador más rápido, software actualizado y puede trabajar en redes móviles de «cuarta generación» , más veloces.
El teléfono inteligente se volvió un éxito de ventas iniciales a pesar de que ha recibido evaluaciones poco entusiastas y a que su nuevo programa de mapas es propenso a fallar.
Apple recibió dos millones de pedidos del iPhone 5 en las primeras 24 horas posteriores a su lanzamiento, más del doble que las que obtuvo en el mismo periodo su modelo previo, el iPhone 4S, que salió hace un año. Los analistas creen que la compañía venderá hasta 10 millones del nuevo equipo para finales de septiembre.
En una muestra de la intensa demanda, la Policía de Osaka, en Japón, investigaba el roto de mas de 200 iphone 5, entre ellos 116 que fueron sustraídos de una sola tienda, informó la agencia noticiosa Kyodo.
En Londres, la Policía buscaba ayuda para hallar a un hombre en relación con el robo de 252 iPhones 5, tomados de una tienda en Wimbledon el viernes por la madrugada.
La locura en Nueva York
«He estado haciendo cola ocho días, pero no sólo por conseguir el teléfono sino por la experiencia de esperar por él. Ya es tradición que la gente acampe por los productos de Apple y la camaradería que se forma es asombrosa», dijo a Efe Jessica Mellow mientras esperaba en la fila de la icónica tienda de Apple en la Quinta Avenida, de Nueva York.
Esta neoyorquina de 22 años ya acampó el año pasado para hacerse con un iPhone 4S y entonces pudo conocer a muchísima gente con la que aún mantiene el contacto, gracias a un blog que aúna a una comunidad «de gente que es diferente porque tiene un teléfono diferente».
Son muy diferentes las razones que han llevado a la gente a pasar días en una fila que llegó a dar la vuelta a la manzana en la concurrida e icónica tienda de Apple, que este viernes abrió a las 08:00 hora local y que, a partir de ese momento, ha recibido la visita fluida e ininterrumpida de compradores en tandas.
Los motivos fueron desde la tradición y el ánimo de socializar que impulsó a Mellow, quien también se había dejado seducir por las buenas críticas, según ella, que ha recibido el teléfono, hasta los que consideran el microcosmos que se gesta en estas hileras de personas como un experimento social.
Es el caso de Hacem Sayed, quien ocupaba el codiciado primer puesto de una fila que inauguró el pasado 13 de septiembre, y en la que este desarrollador de aplicaciones para móvil aprovechó para testar su nuevo producto.
«Hacer cola -la cuarta que guarda con motivo de un lanzamiento de Apple- es para mí una inversión. He estado probando mi nueva aplicación con la gente que está aquí, ya que es muy útil para comunicarse, así que todos estos días he estado trabajando, con mi portátil -un Mac-«, aseguró Sayed.
Por ello, aunque reconoció que lleva usando productos de Apple desde 1984 y que raramente le han decepcionado, destacó que hacerse con el iPhone 5 se trata sólo de una razón adicional para encabezar la cola de admiradores de la empresa californiana.
Las compañías no han sido insensibles al filón que supone este foco de atención mediática, por lo que introdujeron publicidad, a través de camisetas que portaban no pocos de estos clientes, como el puertorriqueño Bryan Ceballo, de 18 años, quien recibió gratis el teléfono a cambio de promocionar a una empresa.
Ceballo es fanático desde 2007 de la compañía fundada por Steve Jobs, tiempo en el que ha hecho fila en nueve ocasiones, para lograr otros tantos productos de una marca que es muy importante para él, «porque es a la vez muy simple y muy poderosa», y a la que antepone todo excepto a su familia y a Dios.
Tampoco faltaron en esta variopinta fila los que, en vez de ensalzar a la compañía, condenaron su comportamiento, como Stacey Hesslar, quien aprovechó para «denunciar que Apple está evadiendo impuestos, que utiliza mano de obra esclava, de modo que, cuando la gente compre el iPhone sepa qué está apoyando».