La familia de un anciano de Victoria, que está desaparecido en España sin medicamentos para salvarle la vida, siente que el sistema diseñado para ayudar a los canadienses en una emergencia les ha fallado.
Las dos hijas de Scott Graham aseguran que su padre fue visto por última vez en la Embajada de Canadá en Madrid el 15 de julio. Había visitado el servicio consular después de perder una bolsa en un autobús que contenía su teléfono, pasaporte y medicamentos para gestionar su trasplante de riñón.
«Fue muy difícil mirar a los ojos a esas personas que fueron las últimas personas en verlo y que dijeran: ‘Sabes, no hay mucho que podamos hacer'», agregó una de las hijas de Graham, Kaiza.
Ella y su hermana, Georgia, junto con la pareja de Georgia, han pasado las últimas siete semanas buscando a la persona mayor que reside en Victoria. Viajaron a España en agosto.
El trío ha documentado tres visitas a la embajada en Madrid, además de visitar el servicio de policía nacional de España, los hospitales del área y los refugios para personas sin hogar, tratando de volver sobre los posibles pasos de Scott.
Sienten que se han quedado solos para investigar.
SIGNOS DE EMERGENCIA
Graham habría estado en el cuarto día sin su medicación necesaria cuando visitó la embajada en Madrid. Sus hijas afirmaron que sin ellas, su cuerpo rechazará el trasplante y mostrará signos de deterioro cognitivo, algo que creen que estaba ocurriendo durante su visita a la embajada.
Los miembros de la familia alegan que la embajada no acompañó a Graham al hospital de al lado, a pesar de que no habla español; no se comunicó con los miembros de la familia a través de un correo electrónico que Graham proporcionó en papel como contacto de emergencia cuando no se presentó a una segunda reunión; y no logró documentar algunos detalles de su caso, entre otras preocupaciones.
Graham aparentemente no podía recordar sus contraseñas para comunicarse con su familia en ese momento.
James y Georgia planean salir de Madrid hacia San Sebastián, donde creen que Scott podría haber ido a buscar su bolso, semanas después de que un autobús se marchara con él y sin él a bordo.