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En una era de creciente proteccionismo, cuando los aranceles son vistos cada vez más como algo bueno y las importaciones extranjeras como algo malo, se está produciendo un hecho inusual: un candidato presidencial estadounidense está criticando vigorosamente las nuevas barreras comerciales propuestas por el otro.
Los discursos de campaña y los materiales escritos de Kamala Harris están cargados de advertencias sobre los efectos dañinos de la plataforma anticomercio de Donald Trump; específicamente, su pedido de un impuesto del 10 por ciento a todas las importaciones globales, que tiene a los gobiernos extranjeros, incluido el de Canadá, un poco nerviosos.
«Tiene la intención de promulgar lo que, en efecto, es un impuesto nacional sobre las ventas», dijo Harris durante su discurso en horario de máxima audiencia en la Convención Nacional Demócrata el jueves.
«Llamémoslo impuesto Trump».
Ella sostiene que esto aumentaría los precios para las familias de clase media en casi 4.000 dólares al año.
Aunque es probable que se trate de una estimación inflada, ahora es un mensaje central de la campaña de Harris y es una señal de que todavía existen límites al impacto político del proteccionismo, incluso en esta época en que los políticos estadounidenses de ambos partidos se declaran obsesionados con construir más en casa y depender menos de China.
«Creo que el péndulo ha llegado a su límite máximo», dijo Eric Miller, un consultor comercial canadiense-estadounidense radicado en Washington.
«Esto no significa que vayamos a volver a los tiempos felices en que Estados Unidos se centraba en el libre comercio y todo eso. Lo que sí significa, sin embargo, es que imponer aranceles a todo, todo el tiempo, no es algo viable».
Ciertos tipos de aranceles siguen siendo populares y no desaparecerán, dijo, en particular los que gravan las importaciones chinas y las importaciones específicas acusadas de prácticas comerciales desleales.
Después de todo, la administración Biden no sólo ha mantenido vigentes los aranceles de Trump a China, sino que los ha ampliado de diferentes maneras y también ha aumentado los aranceles en otras disputas, incluso sobre la madera blanda canadiense .
Pero eso está muy lejos de la amenaza de Trump de imponer aranceles a todos los productos de todos los países que ingresan a Estados Unidos. La promesa ha desconcertado a Ottawa , y los funcionarios canadienses ya han estado en contacto con el círculo íntimo de Trump sobre cómo Canadá puede escapar de esos aranceles.
Lo que teme Canadá
Los aliados de Trump no han ofrecido garantías de un indulto y están insinuando que Canadá tendría que hacer algunas concesiones para obtenerlo; en otras palabras, negociar para obtener una exención.
Una cosa es, dijo Miller, aplicar aranceles a productos que amenazan la seguridad de Estados Unidos o la economía de ese país, como bienes lanzados al mercado a precios con los que otros países no pueden competir, porque están injustamente subsidiados.
Lo que Trump amenaza es algo diferente.
«¿Aplicar un arancel aleatorio a las importaciones de uvas de Chile durante el invierno? La gente dice: ‘Bueno, ¿qué sentido tiene? Yo quiero uvas y ustedes sólo están encareciendo las uvas'», dijo Miller.
La referencia de Harris en su discurso durante la convención a las amenazas arancelarias de Trump estuvo lejos de ser un hecho aislado.
En la plataforma del Partido Demócrata hay siete menciones a los aranceles ; cinco son referencias críticas a los planes de Trump. La plataforma califica los aranceles de Trump de «extremos» e «imprudentes» y dice que encarecerán la vida.
Los correos electrónicos y las declaraciones de la campaña de Harris hacen referencia constantemente a las amenazas arancelarias de Trump. Incluso se mencionó en un mensaje en la pantalla de visualización durante la convención nacional del partido en Chicago.
«Un impuesto nacional a las ventas sobre productos de uso diario y necesidades básicas que importamos de otros países», así lo describió Harris en un discurso reciente en el estado disputado de Carolina del Norte.
«Esto devastará a los estadounidenses. Significará precios más altos en casi todas sus necesidades diarias. Un impuesto Trump».
Ahora bien, esto es lo que ella no dice sobre estos aranceles: la cifra de 4.000 dólares por hogar que cita se basa en una estimación bastante estricta del impacto potencial.
Las matemáticas sobre los aranceles
Los centros de estudios, entre ellos el liberal Center for American Progress y el Peterson Institute, partidario del comercio, estiman que el efecto potencial sería de entre 1.500 y 1.700 dólares por hogar. Goldman Sachs también afirmó que la imposición de aranceles elevaría la inflación en 1,1 puntos porcentuales .
Harris ha más que duplicado esas estimaciones, pero Trump le dio la capacidad de hacerlo porque empezó a decir en discursos que quiere endurecer su plan, elevando los aranceles al 10 o 20 por ciento .
Es fundamental destacar que Trump ha sido manifiestamente poco claro en detalles básicos, como qué pretende incluir y excluir; si algunos países estarán exentos; y, fundamentalmente, si algunos se verán obligados a negociar si quieren alivio.
Miller cree que Canadá probablemente terminaría negociando una exención, pero Trump no lo mencionó ahora.
«¿Conocen el viejo dicho que dice: ‘Se hace campaña con poesía y se gobierna con prosa’? Bueno, suena mucho mejor que [Trump] diga: ‘Un arancel del 10 por ciento para todos y para todo’ que decir: ‘Un arancel del 10 por ciento para todos excepto Canadá y tal vez México y sólo para ciertos productos'», dijo Miller.
