En su penúltima noche previamente a entregar su cargo como fiscal general y jefa del Ministerio Público (MP), Claudia Paz y Paz, capturó al catalogado en 2013 como «el nuevo capo del narcotráfico en Guatemala»: Jairo Orellana Morales, reclamado además por Estados Unidos.
La fiscal guatemalteca dejará su puesto hoy, después de casi cuatro años en un cargo que la revista estadounidense Newsweek advirtió que «podría ser el más peligroso de Centroamérica», por los índices de violencia que se cobran la vida de un guatemalteco en un promedio de 90 minutos, según cifras oficiales.
Pero antes de irse y dedicarse «a los libros», como ha asegurado, Paz y Paz trabajó conjuntamente con el Ministerio de Gobernación (Interior) durante los últimos días para capturar al supuesto narcotraficante más peligroso del país y solicitado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
Orellana fue acusado en agosto pasado de traficar cocaína para el cartel mexicano Los Zetas y de emplear «extrema violencia en sus esfuerzos por traficar a través de Guatemala», según el director de Control de Activos Extranjeros del Tesoro de EEUU, Adam Szubin.
Una investigación del diario el Periódico había considerado a Orellana en febrero de 2013 «el nuevo capo del narcotráfico en Guatemala», «el principal aliado de los Zetas» en la nación centroamericana y «el dueño y señor de rutas y territorios en el oriente y nororiente del país hasta Honduras».
La captura del supuesto narcotraficante le pone punto y final al período de Paz y Paz, que desde diciembre de 2010 estuvo al frente de la institución.
En los 40 meses de su gestión, el Ministerio Público ha enjuiciado al exmilitar golpista Efraín Ríos Montt por genocidio, ha extraditado a al menos 10 narcotraficantes y a un expresidente a Estados Unidos, y ha elevado las condenas en un 120 % en casos de homicidios.
También «ha implementado gradualmente un nuevo modelo de gestión Fiscal», de acuerdo todo lo anterior a un informe publicado hace 19 días por el Centro de Estudios de Justicias Sobre las Américas (CEJA)
No todo ha sido color de rosa para Paz y Paz, acusada por diversos sectores de la derecha guatemalteca de tener una agenda afín a la izquierda.
La abogada Thelma Aldana, quien sucederá hoy a la jurista en el puesto, aseguró a medios locales que su antecesora puso «mucho énfasis al lado izquierdo de la posición política».
Paz y Paz, nominada en 2013 al Premio Nobel de la Paz, manifestó a Efe a modo de autocrítica que «le faltó mucho por hacer», especialmente en «la atención a las víctimas» de algunos delitos específicos.
Sin embargo, el nuevo modelo de gestión fiscal es uno de los principales aciertos de Paz y Paz, de acuerdo al informe del CEJA, que detalla el proceso de dicha remodelación desde 2008 a la fecha.
El principal cambió en la forma de trabajo del MP se desarrolló en la manera de procesar las denuncias, precisa el documento.
Antes, cuando una víctima presentaba una denuncia, ésta era trasladada a una oficina fiscal debido a su carga de trabajo. Esto provocaba que las delegaciones le dieran prioridad a homicidios por encima de otros delitos menores.
Con la gestión de Paz y Paz se modificó este proceso, según señala el CEJA. Ahora hay fiscalías especializadas por delitos y todas las denuncias pasan inicialmente por una fuerza de tarea que decide si el caso puede ser resuelto con soluciones alternativas.
«Si tuviera que decir cuál es mi bebé, por decirlo así, o mi mayor orgullo en estos años, diría que es la persecución penal estratégica», apunta Paz y Paz.
Esa persecución penal estratégica incorporó un nuevo puesto dentro del organigrama de la fiscalía: el analista, que se encarga de examinar un conjunto de casos para determinar qué elementos tienen en común y qué estrategias se pueden utilizar para una persecución penal eficiente, explica Paz y Paz.
El informe del CEJA resalta la creación del departamento de análisis como uno de los principales éxitos de la institución estatal guatemalteca, que vio como en 2011 uno de sus fiscales, Allan Stowlisnki Vidaurre, fue asesinado con crueldad por Los Zetas, supuestamente bajo las órdenes de Jairo Orellana.
Hoy Orellana espera tras las rejas su posible extradición a Estados Unidos.
José Carlos Móvil / Guatemala, 17 may (EFE).-