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La Cámara baja abre un maratón de debates en los que Rousseff se juega el cargo

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Diputados con paneles en favor del "impeachment" durante la primera de las tres sesiones en que decidirá si el trámite para un juicio con miras a la destitución de la presidenta Dilma Rousseff llega al Senado, que tendrá la palabra final sobre el caso en Brasilia. EFE
Diputados con paneles en favor del «impeachment» durante la primera de las tres sesiones en que decidirá si el trámite para un juicio con miras a la destitución de la presidenta Dilma Rousseff llega al Senado, que tendrá la palabra final sobre el caso en Brasilia. EFE

Brasilia, 15 abr (EFE).- La Cámara de Diputados de Brasil abrió hoy un maratón de debates que se prolongará tres días y desembocará en la votación clave del domingo, que se decidirá si el proceso con miras a la destitución de la presidenta Dilma Rousseff avanza al Senado.

Al inicio de esta sesión, la primera de las tres en las que se decidirá la suerte de Rousseff en la Cámara baja, se pronunciaron los juristas que elaboraron el pedido de destitución, que se cimenta en unas maniobras contables supuestamente irregulares, y el abogado del Estado, José Eduardo Cardoso, que defendió a la mandataria.
El jurista Miguel Reale Júnior sostuvo que esas maniobras contables llevaron a Brasil a la «quiebra» y «destruyeron la economía del país».
El abogado del Estado reiteró el argumento de que no existe «mala fe» en esas maniobras, que según el Gobierno estaban amparadas por la legislación vigente, y alegó que el proceso está «viciado», por lo que su aprobación supondría una «innegable ruptura institucional».
Luego el turno de palabra pasó a los jefes de los 27 partidos con representación parlamentaria, cada uno con una hora de duración, aunque estos dividieron su tiempo entre los diputados de sus respectivas fuerzas.
Así, se relevaron en la tribuna de oradores decenas de diputados de todo el arco parlamentario, que replicaron en sus discursos la polarización de la población brasileña a favor y en contra del proceso de destitución de Rousseff.
El líder del oficialismo en la Cámara baja, José Guimarães, afirmó estar «seguro» de la victoria de Rousseff en la votación del domingo y negó que la oposición tenga votos suficientes para llevar el proceso al Senado, para lo que necesitan dos tercios del arco parlamentario, que suponen 342 de los 513 diputados.
Según recuentos realizados por los grandes diarios, la oposición ya cuenta con votos suficientes para ganar la votación, oscilando entre un mínimo de 340 y un máximo de 344 diputados.
En cambio, Guimarães aseguró que, en las últimas 48 horas, «las cosas están evolucionando» de forma favorable a Rousseff gracias a un «trabajo silencioso» realizado por los partidos que apoyan a la jefa de Estado.
Sin embargo, en la tribuna de la Cámara baja Rousseff sufrió hoy varios reveses, entre ellos la recomendación de votar en su contra formulada por el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), la mayor fuerza del legislativo y a la que pertenece el vicepresidente, Michel Temer, primero en la línea de sucesión.
El jefe del grupo del PMDB, Leonardo Picciani, uno de los pocos miembros de esa fuerza que aún se mantenían fieles a la jefa de Estado, dijo que la disciplina partidaria «se impone», por lo que recomendó votar a favor de la destitución.
Rousseff hoy grabó un pronunciamiento a la nación, en uno de sus últimos intentos de recabar apoyo, pero tuvo que renunciar a emitirlo por dudas acerca de la legalidad de convocar una cadena nacional con ese propósito, algo que fue cuestionado por un partido opositor.
La sesión de este viernes se prolongará previsiblemente toda la noche, hasta entrada la mañana del sábado, cuando enlazará con la segunda jornada de debates, en la que podrán hablar, a título individual, todos los diputados.
Hasta la noche de este viernes, habían pedido la palabra para el sábado 170 diputados favorables a la destitución de Rousseff y 79 contrarios.
Afuera del Parlamento, Brasilia ya está preparada para las manifestaciones convocadas para el domingo, a favor y en contra de Rousseff, y que estarán separadas por una valla metálica de dos metros de altura que divide la Explanada de los Ministerios, la avenida en la que se ubican todos los edificios públicos.
Grupos de campesinos y movimientos sociales favorables a la mandataria ya están acampados en el entorno del estadio Mané Garrincha, mientras que cientos de policías custodiaban los alrededores del Parlamento y del Palacio de Planalto.
Si el proceso prospera en la votación del domingo, este pasará al Senado, que decidirá por mayoría simple si lo admite a trámite.
En ese caso, Rousseff sería apartada del cargo de forma temporal por 180 días, mientras se celebra el juicio parlamentario, y sería sustituida por Temer, a quien la mandataria ha acusado de liderar la «conspiración» en su contra.

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