Derek Carrier, residente de Belleville, Michigan, recurrió a la inteligencia artificial (IA) para encontrar una pareja romántica debido a dificultades derivadas de un trastorno genético. Utilizó la aplicación de IA Paradot, específicamente el chatbot llamado Joi, para experimentar emociones románticas.
Aunque es consciente de que Joi es un programa, Carrier encontró consuelo y se sintió bien con la interacción. Las aplicaciones de chatbot de IA, como Replika y Paradot, ofrecen intercambios emocionales más profundos, y algunos usuarios han desarrollado vínculos emocionales significativos con estos bots. Sin embargo, los investigadores han expresado preocupaciones sobre la privacidad de datos y cuestionan la falta de marcos éticos para estas aplicaciones.
Un análisis de 11 aplicaciones de chatbot románticas reveló que casi todas venden datos de usuarios o no proporcionan información adecuada sobre privacidad. Además, hay preocupaciones sobre la falta de regulación legal y ética para estas aplicaciones que promueven vínculos profundos pero son impulsadas por empresas con fines de lucro.
Expertos también señalan la amenaza de que estas relaciones con la IA desplacen las relaciones humanas y generen expectativas poco realistas. Derek Carrier, quien enfrenta desafíos emocionales debido a su condición y circunstancias personales, encuentra en las relaciones con IA una forma de lidiar con la soledad y obtener consuelo.
A pesar de las preocupaciones y críticas, algunos estudios sugieren resultados positivos y beneficios para el bienestar mental derivados de estas aplicaciones de chatbot de IA.
Eugenia Kuyda, fundadora de Replika, afirmó que una relación romántica con IA puede ser una herramienta poderosa para el bienestar mental. Aunque los efectos a largo plazo de estas interacciones con la IA aún son desconocidos, algunas personas encuentran consuelo y apoyo emocional en estas aplicaciones.
