La “burbuja” inmobiliaria, como se le ha llamado desde finales del año 2016 ha venido incrementando a pasos agigantados a lo largo de Ontario. En diciembre del 2020 se extendió en cada rincón de la provincia. Por lo general diciembre y los meses de invierno son lentos en el mercado inmobiliario y ya para la primavera, marzo y los meses siguientes el mercado se mueve mucho más. Pero ese año las cosas fueron muy diferentes.
Comenzamos a tener compradores más agresivos, múltiples ofertas y las casas vendiéndose por el precio que se pedía e incluso por más con múltiples ofertas. Que era bastante raro. Lo más normal era que se vendiera por unos cuantos miles menos, ni siquiera por el precio que se pedía. La situación continuó por varios meses y el gobierno decidió implementar el impuesto que ellos llamaron “de no especulación”.
Cosa muy normal para el gobierno nombrar las leyes en forma opuesta a lo que en verdad están destinadas a hacer. Esto fue introducido con la “excusa” de que el problema se estaba dando por los inversionistas extranjeros y que al imponer un 15% de impuesto en la compra de propiedad para no residentes, entonces el mercado iba a volver a la normalidad.
Pero el cálculo del gobierno falló, para ese momento, los inversionistas extranjeros no eran más del 15% del total de compradores. Muchos expertos en el tema inmobiliario no creyeron que ese impuesto fuera a arreglar nada y después de 4 años, la situación ha seguido empeorando.
Lo único que el gobierno hizo fue quedarse con parte de la especulación y tomar su 15% para ellos, haciéndose cómplices, pero no ayudando a los ciudadanos. La situación continuó y los intereses de las hipotecas a la vez continuaron bajando, y esto generó una ola de compradores cada vez más alta.
Algo muy bueno al principio, porque los propietarios tienen más equity en sus casas, y los compradores califican más fácil también para la compra de sus casas.
A este fenómeno se le ha considerado una “burbuja” que en cualquier momento podría estallar. Pero no lo ha hecho en todos estos años. Otro problema acompañando el mercado inmobiliario es la inflación y la oferta y demanda.
Estos son asuntos ya para economistas. Pero según la opinión de los Realtors, las personas que quieren comprar una casa y necesitan una hipoteca, están en una gran desventaja para comprar, a no ser que estén dispuestos a comprar algo que esté más caro de lo que realmente vale y muy posiblemente no valga la pena.
Pero igual sucede cuando alguien está compitiendo por comprar una casa. Igual la va a comprar por mucho más de lo que valdría si la hubiera comprado una semana o dos antes.
El fenómeno de la burbuja, es algo que muchas personas están esperando por el día en que reviente. Esto es algo que nadie puede saber cuándo va a suceder o si va a suceder. Y se compara mucho con el problema que hubo en Estados Unidos en el año 2008, cuando el mercado se fue al suelo. Pero en Canadá no sucedió así, el mercado aquí es más fuerte y funciona diferente.
La pandemia
En marzo del 2020, el mercado fue afectado por la pandemia y las ventas bajaron por unas semanas, sin embargo, los precios no bajaron, sino que continuaron subiendo lentamente y cada vez se han acelerado más y más con tendencia al alza. Las casas ahora se venden en una semana o en unos días (no en promedio, pero casi todas). Los precios de las casas ahora no son decididos por los vendedores, sino por los compradores, y no son realmente lo que la casa vale, de acuerdo a las que se han vendido en el vecindario, sino de acuerdo a lo que se puede conseguir en el momento de la compra.
No hay solución a la vista
Las soluciones a este problema, que sería lo que ayudaría a los compradores locales o los que están buscando comprar por primera vez o con una hipoteca, son muy difíciles de definir. Lo que podría suceder es que el gobierno en cualquier momento podría intervenir el mercado, pero tal vez sea demasiado tarde para buscarle una cura a este mal.
Si el gobierno confirmara que va a intervenir el mercado, sería peor. Además, si lo llegaran a avisar se podría producir un pánico que traería de pronto un resultado que en verdad no podría predecir. Probablemente mucha gente decidiría poner su casa a la venta a la vez, para aprovechar que van a tener una cantidad de efectivo grandísima y que posiblemente nunca más van a tener, o sea, a manera de oportunidad. Esto incrementa la oferta y, por ende, hacer que los precios bajarán. Más vendedores podrían entonces poner sus casas a la venta, antes que los precios bajaran mucho, haciendo que incluso bajaran más.
Pero la verdad, con este gobierno especulador, nada bueno se puede esperar. Ellos van a buscar la manera de cada vez oprimir más a la clase media y eso es el temor más grande. No se ven muchas opciones en esta burbuja inmobiliaria por el momento, para las personas que quieren comprar casa, a no ser que tengan mucho dinero. La ventaja son los intereses bancarios tan bajos, por otro lado, los precios no aguantan para calificar.
Es una buena época para pensar en refinanciar deudas. O para comprar una casa y venderla en unas semanas después. Pero este último caso se aplicaría a personas con más de una propiedad, o personas que no tienen problema rentando. No es tan bueno para las personas que venden su casa hoy y quieren buscar donde mudarse, porque para cuando encuentren, los precios ya van a haber subido, gracias a la burbuja inmobiliaria y no van a poder comprar algo mejor de lo que tenían para empezar.
Este es el caso también de personas que se mudan de las grandes ciudades a las diferentes regiones de la provincia. Venden sus casas en Toronto, y se van a las ciudades cercanas a comprar por precios más altos que el promedio, pero que son mucho más bajos que en Toronto o GTA.
Otro problema identificable en esta burbuja, son las rentas tan altas. Mientras que una persona con una familia tendría que pagar unos $2,100-2,400 o más al mes, si esta persona no tiene un buen crédito, una cuota inicial o un ingreso suficiente para calificar, el banco no les va a dar un préstamo, así estén pagando renta cumplidos.
De esta manera los dueños de las casas son quienes toman el riesgo que el banco no quiere tomar. Un inquilino no tiene con que garantizar que va a parar la renta, en cambio el banco si tiene una propiedad como garantía, sin embargo, no están dispuestos a tomar el riesgo, incluso por menos de esa renta, incluso por una hipoteca que podría ser de menos de los $2,100, digamos de $1,500. Este problema con las rentas es que en Ontario la ley beneficia a los inquilinos sobre los dueños de las casas, al contrario que al comprar, donde el banco es el que tiene toda la protección y los beneficios y el propietario no tiene, sino que asegurarse de pagar la hipoteca o va a perder su casa.
Es muy difícil pensar en una solución a esta burbuja inmobiliaria. El mercado inmobiliario siempre ha estado bailado al son que le toquen, como dicen en Colombia. Cada día es un nuevo día y las predicciones se pueden hacer basadas en que los factores no cambian. Sin embargo, comprar una casa, aunque sea a los precios de hoy, es una buena inversión, pues en cualquier momento se puede vender y volver a donde se comenzó, muy probablemente con un mayor valor agregado. Algo que no se va a tener cuando se está pagando renta. Incluso en un mercado como este, pues las rentas están muy caras también.