Miguel Díaz-Canel, hasta hoy presidente de los Consejos de Estado y de ministros, es el nuevo presidente de la nación caribeña tras las elecciones celebradas en sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular, marcadas por el continuismo. Una figura, la del presidente, que dejó de existir hace más de cuatro décadas.
El resultado lo dice casi todo: 579 votos afirmativos de los 580 diputados presentes. Unos resultados casi calcados de los conseguidos el año pasado, cuando Díaz-Canel obtuvo el apoyo de 607 de los 608 que acudieron a la sesión histórica del 19 de abril.
«Nos esperan días intensos y desafiantes, pero nadie va a quitarnos la confianza en el futuro que le debemos a nuestros hijos en la patria que los padres nos ganaron de pie», afirmo, Díaz-Canel.
El Parlamento está conformado por una inmensa mayoría de militantes del Partido Comunista (PCC), considerado por la nueva Constitución como la «fuerza dirigente superior de la sociedad». Los asambleístas celebraron con una fuerte ovación la confirmación del triunfo de Díaz-Canel, de 59 años, un hombre del aparato modelado durante décadas por Raúl.
No se trata ni mucho menos de un cambio o giro político, sino de la culminación de la nueva arquitectura del poder ideada por Raúl Castro, una vez que los años han puesto fin a los hiperliderazgos carismáticos de los dos hermanos Castro.