La asamblea conjunta del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), que arrancó hoy en Washington y que coincidió con la cumbre de los ministros de Economía del G20, subrayó la frágil recuperación económica global.
«La economía global ha evitado algunos de los grandes riesgos y las condiciones en los mercados financieros siguen mejorando, pero el crecimiento global sigue siendo débil y el desempleo demasiado alto en muchos países», afirmó el G20 en el comunicado emitido al final de su reunión.
Especial mención en el encuentro de los organismos multilaterales y el G20, que congrega hoy y mañana en Washington a más de 200 ministros de Economía y Finanzas y banqueros centrales, mereció este viernes la situación en Europa, donde la recuperación sigue siendo esquiva.
El FMI prevé que la economía europea se contraiga un 0,3 % este año, tras el retroceso del 0,6 % del 2012 y que repunte en el crecimiento en 2014, cuando se estima un repunte del 1,1 %.
«Europa ha vuelto a ser el foco de atención de esta reunión fundamentalmente a consecuencia del reducido crecimiento», dijo hoy el ministro de Economía español, Luis de Guindos.
Y el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schaeuble, sostuvo que las cosas en Europa no mejorarán mucho en los años venideros.
«Nadie debería de esperar que Europa logre elevadas tasas de crecimiento durante los próximos años», afirmó Schaeuble, quien explicó que en el caso concreto de Alemania, motor de la zona euro, no es sostenible un crecimiento por encima del 1,5 % en los próximos años.
El FMI ha insistido durante los últimos días en que la recuperación global avanza a tres velocidades, con los países emergentes a la cabeza, EE.UU. en un distante segundo lugar y Japón y la zona euro en el vagón de cola.
Esa recuperación desigual ha sido calificada esta semana en Washington de «insuficiente» y «peligrosa».
El ministro de Finanzas indio P. Chidambaram expresó hoy su preocupación sobre las dinámicas en marcha al indicar que «a menos que Europa arregle sus problemas de una vez y los brotes verdes que vemos en EE.UU. florezcan y se conviertan en plantas y que Japón logre la tarea casi imposible de reactivar su economía (…) no veo cómo los mercados emergentes y en desarrollo podrán alcanzar tasas de crecimiento elevadas».
En similares términos se expresó el ministro de Hacienda de Brasil, Guido Mantega, quien aseguró en el marco de la asamblea del FMI y el BM que «existe el riesgo de una crisis prolongada pese a los esfuerzos del G20 y otros foros internacionales».
Por lo demás se espera que el encuentro conjunto del FMI y el BM que concluye mañana en Washington aborde también el proyecto de reforma para dar un mayor peso en el fondo a potencias emergentes como China, India y Brasil.
La reforma debía de haberse concretado en octubre pasado, pero permanece estancada porque el Congreso estadounidense todavía no ha aprobado una partida para aumentar de forma definitiva la financiación de EE.UU. al FMI.
El presidente estadounidense, Barack Obama, pidió la semana pasada al Congreso que dé luz verde al traslado de una partida de 63.000 millones de dólares destinada a un fondo de crisis del FMI para incrementar de forma permanente la financiación de EE.UU. al organismo.
El secretario del Tesoro estadounidense, Jack Lew, afirmó durante una audiencia reciente en el Congreso que a EE.UU., el principal accionista del fondo, le interesa mantener su liderazgo en la institución financiera multilateral.
«Tenemos poder de veto en el FMI», señaló Lew, quien dijo que el ser el actor dominante en el fondo permite a EE.UU. tener influencia en decisiones económicas que afectan a todo el mundo.
Teresa Bouza/Washington, 19 abr (EFE).-