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La Asamblea Constituyente es un «clamor nacional» en Colombia, según las FARC

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Rodrigo Granda, conocido como el "canciller" de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), habla durante una entrevista con Efe hoy, jueves 20 de junio de 2013, en La Habana (Cuba). EFE
Rodrigo Granda, conocido como el «canciller» de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), habla durante una entrevista con Efe hoy, jueves 20 de junio de 2013, en La Habana (Cuba). EFE

 

La convocatoria de una Asamblea Constituyente en Colombia es un «clamor nacional», según Rodrigo Granda, conocido como el «canciller» de las FARC y uno de los negociadores de la guerrilla en los diálogos de paz con el Gobierno de Juan Manuel Santos.
«No hay una sola región que no esté clamando por una Asamblea Nacional Constituyente, ese es un clamor nacional», dijo en entrevista con Efe en La Habana Granda o «Ricardo Téllez», quien aseguró que el pueblo colombiano está preparado «para dar un salto de calidad» y dotarse «de una verdadera democracia».
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han hecho de la Asamblea Constituyente una de sus principales demandas en los diálogos de paz que sostienen con el Gobierno de Juan Manuel Santos, especialmente en la actual fase de las negociaciones, centrada en el tema de la participación política.
De hecho las FARC han propuesto un aplazamiento de las elecciones previstas en Colombia para 2014 para iniciar un proceso constituyente en el país, planteamientos que han sido rotundamente rechazados por el Gobierno.
«El Gobierno puede decir lo que quiera, ellos dicen ‘no va’: es una opinión muy respetable. Pero nosotros decimos que es un proceso, y el pueblo colombiano tiene que ser escuchado y es quien dirá si es necesaria o no una constitución para lograr el bien supremo de la paz», sostuvo Granda.
Este guerrillero negó que la propuesta de una constituyente sea un «invento» u «obstáculo» de las FARC en el proceso de paz y argumentó que el grupo insurgente lo plantea porque así lo está proponiendo el pueblo colombiano.
Según Granda, se trata de un reclamo que aparece en las propuestas surgidas del Foro Ciudadano celebrado a finales de abril en Bogotá sobre el tema de la participación política.
«El mismo presidente Santos ha dicho siempre que solamente los tontos no cambian de opinión. Yo quiero creer al presidente: si la realidad, que es tozuda, se impone, él que es un hombre inteligente debe abrirle campo a la Constituyente», agregó.
Nueve meses después de instalarse en La Habana la mesa de los diálogos de paz y tras el acuerdo sobre la cuestión agraria, primero de los seis puntos de la agenda del proceso, las FARC se sienten «exageradamente optimistas», según Granda, con el avance de las conversaciones para intentar poner fin al conflicto armado.
«Estamos trabajando sin descanso, sin prisa y sin pausa. Por eso no nos gusta correr mucho (…) Mejor hacer las cosas despacio, bien y con buena letra», sostuvo el guerrillero.
El ritmo de las conversaciones es otro de los pulsos que mantienen Gobierno y FARC desde que iniciaron las conversaciones: mientras los negociadores de Juan Manuel Santos apelan constantemente a la agilidad y a ofrecer resultados a la ciudadanía, la guerrilla se resiste a establecer «plazos fatales».
Ambas partes concluirán mañana viernes el décimo ciclo de sus negociaciones, que se inició el 11 de junio marcado por el comienzo de la discusión sobre el tema de la participación política, es decir la transformación de las FARC en un grupo político legal en caso de firmarse un acuerdo definitivo de paz, entre otros aspectos.
La guerrilla comenzó esta semana a divulgar sus propuestas, entre ellas la necesidad de «garantías plenas» para el ejercicio de la oposición política en Colombia.
«Que se pueda hacer política en Colombia sin temor a ser asesinado. Que se respete la vida del ser humano, esa es la principal garantía», resaltó el miembro de las FARC que además piden para los movimientos de izquierdas participación política, acceso a los medios masivos de comunicación y financiación estatal «en igualdad de condiciones» y sin favoritismos.
La insurgencia plantea además una profunda reestructuración del estado colombiano y reformas de su sistema electoral, de la justicia, la redefinición de los poderes públicos e incluso la reconversión de las Fuerzas Armadas.
«Es que en Colombia jamás ha habido democracia. El régimen colombiano es el más atrasado de América Latina y uno de los más atrasados del planeta», sostiene Granda quien acusa a la «clase dominante» de querer tener al país «en la época de las cavernas».
«Queremos que en Colombia el estado se modernice, se ponga a tono, con unos principios incluso de democracia liberal, en el siglo XXI», añadió.
En cuanto a la clase de partido en que se convertirían las FARC en un eventual escenario de paz, Granda aseguró que esta guerrilla tiene «todo el deseo de participar en política» pero la fórmula concreta se verá más adelante.
«No tenemos problema en cuanto a la construcción de partido. Nosotros somos una formación marxista-leninista, nunca lo hemos ocultado ni nos da vergüenza decirlo (…) Pero es la situación concreta la que definirá lo que vamos a hacer», indicó.

La Habana, 20 jun (EFE).-

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