Tras un año de su nacimiento en el observatorio astronómico chileno de Cerro Paranal, la Alianza del Pacífico está demostrando ser una iniciativa de integración política y económica más efectiva que el Mercosur y la Alba, aseguran sus impulsores.
En el año que lleva, la Alianza ha logrado avances tan notables como la liberalización de más del 90 por ciento del intercambio de bienes de consumo y la libre circulación de los ciudadanos de los países miembros.
«La Alianza del Pacífico nace con una clara vocación y proyección de futuro, y con un espíritu de apertura e integración abierto a todos los países del Arco del Pacífico», aseguró en la cita de Cerro Paranal el presidente chileno, Sebastián Piñera, ante sus pares de México (Felipe Calderón), Colombia (Juan Manuel Santos) y Perú (Ollanta Humala).
Aunque la constitución formal tuvo lugar el 6 de junio de 2012 en un observatorio astronómico situado a 2.600 metros de altura en la región chilena de Antofagasta, esta iniciativa surgió un año antes en Lima, cuando los cuatro mandatarios acordaron poner en marcha «un área de integración profunda en el Arco del Pacífico Latinoamericano».
El objetivo inmediato es avanzar progresivamente hacia la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas, y de esta forma impulsar un mayor crecimiento, desarrollo y competitividad de estas cuatro economías, que juntas alcanzan un PIB de 2,01 billones de dólares.
Pero Chile, México, Colombia y Perú también aspiran a alcanzar un mayor bienestar, superar la desigualdad económica y lograr la inclusión social de sus 209 millones de ciudadanos.
«La Alianza del Pacífico no sólo apunta al libre comercio. Tiene expectativas y ambiciones mucho más grandes», explicó el presidente chileno esta semana ante un grupo de corresponsales. «Por supuesto que tenemos una visión compartida respecto al modelo de desarrollo y las políticas para alcanzarlo», agregó.
La Alianza del Pacífico «no es una cosa ideológica, no es una respuesta al ALBA, que apunta menos la integración económica y más a la coordinación política (…), pero obviamente que es una comunidad con una visión política distinta» a la que tienen los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, puntualizó Piñera.
El presidente chileno no oculta su orgullo por cómo ha prosperado la Alianza cuando comenta que «se puede comparar cómo le está yendo a unos y a otros para tratar de ver quién va por el buen camino».
Piñera también marca la diferencia entre la Alianza del Pacífico y el Mercosur, el bloque comercial integrado por Argentina, Brasil, Uruguay, Venezuela y Paraguay, (este último suspendido desde junio de 2012), y al que también está a punto de sumarse Bolivia.
«Nosotros buscamos una integración regional que no sea una alternativa a la integración en el mundo sino al revés, una manera de acelerarla», sostuvo el presidente de Chile. «Desde ese punto de vista, la visión de la Alianza del Pacífico y la visión del Mercosur son definitivamente distintas», explicó.
Piñera va más lejos e incluso cree que «el día de mañana es posible que las cosas cambien y haya países del Mercosur que quieran incorporarse a la Alianza del Pacífico.
Y pone como ejemplo del interés que este mecanismo de integración ha suscitado en algunos países de Asia, Estados Unidos, España, Francia y Portugal, «que están buscando un mayor aproximación con nosotros», subraya.
La lista de países que quieren seguir de cerca la evolución de este proyecto es larga. Actualmente hay nueve países que ejercen como observadores (Australia, Canadá, Costa Rica, España, Guatemala, Japón, Nueva Zelanda, Panamá y Uruguay).
Además, el mes pasado Costa Rica fue aceptada para incorporarse como socia a finales de este año, y en marzo también Panamá presentó su solicitud.
Los socios de la Alianza exhiben sus logros en este corto periodo de vida, como el hecho de que pronto lograrán la total liberalización del intercambio de bienes en común.
O que los ciudadanos colombianos, mexicanos, peruanos y chilenos puedan transitar por los cuatro países sin visas y en un futuro cercano incluso puedan trabajar libremente en cualquiera de los cuatro países.
Pero además destacan que hoy existen más jóvenes que nunca estudiando en otro país de la Alianza, que se haya creado un consejo empresarial, que exista un acuerdo de cooperación turística y que ya esté operando un fondo de cooperación para ejecutar proyectos concreto.
La Alianza del Pacífico también está poniendo en marcha un inusitado proyecto, con la próxima apertura en Ghana de una embajada común para los cuatro países, una iniciativa que prevén repetir en otros países.
La explicación de la efectividad de esta integración política y económica está, a juicio del presidente chileno, en la propia génesis del proyecto: «esta alianza nació a partir de una coincidencia de valores, principios y visiones de los cuatro países que la fundamos».
Manuel Fuentes/Santiago de Chile, 9 jun (EFE).-