Los cubanos votaron el domingo en las elecciones a la Asamblea Nacional con la atención enfocada en la participación electoral en medio de una profunda crisis económica y migratoria.
Con 470 candidatos compitiendo por los 470 escaños de la legislatura y sin rivales de la oposición, el resultado de las elecciones es una conclusión inevitable. Los votantes esencialmente no harán más que respaldar una lista de candidatos examinados por funcionarios del Partido Comunista, dicen los críticos.
Lo que los observadores estaban atentos el domingo es si continúa una tendencia a la disminución de la participación electoral mientras el gobierno de Cuba lucha por revertir el deterioro de las condiciones económicas.
La participación en las elecciones en Cuba es alta pero ha estado en declive durante una década.
La Comisión Nacional Electoral dijo que para las elecciones municipales de noviembre pasado alrededor del 31% de los votantes habilitados se abstuvieron de votar, lo que se traduce en una participación del 69%, que sigue siendo alta para los estándares internacionales, pero una disminución sustancial para Cuba, donde el voto no es obligatorio pero tradicionalmente lo era. considerado un deber nacional. La tasa de abstención para las elecciones nacionales fue del 14% en 2018 y solo del 6% en 2013.
El gobierno de Cuba explicó que el sistema es inclusivo y construye la unidad, al mismo tiempo que se mantiene alejado de la división de los partidos políticos o cualquier efecto negativo de los grandes donantes de dinero.
El presidente Miguel Díaz-Canel votó este domingo en la provincia de Villa Clara donde nació. Reconoció las dificultades económicas, cortes de energía y escasez de combustible en medio de las cuales se desarrollaban las elecciones.
La votación tiene lugar mientras cientos de miles de personas migran, incluidas 300.000 solo a los Estados Unidos en los últimos meses. Los migrantes todavía están en las listas de votantes pero no pueden votar porque están fuera del país.
Las elecciones a la Asamblea Nacional se llevan a cabo cada cinco años y técnicamente no son partidistas. Pero caen bajo el control indirecto del gobernante Partido Comunista.
La mitad de los 470 candidatos provienen de asambleas municipales elegidas en las elecciones locales de noviembre pasado. La otra mitad es nominada por grupos que representan amplias franjas de la sociedad, como un grupo de mujeres y sindicatos de trabajadores. Todos son examinados por comités electorales con vínculos con el partido.