Nací en Bogotá, Colombia y curse la Licenciatura en Filosofía en la Universidad Nacional. En 1962, poco antes de la muerte de mi madre, conocí a mi esposo, Holman Garavito. El emigró, primero a EEUU y luego al Canadá, pero volvió a Colombia para la boda en diciembre de 1967. Me quedé un año más en Colombia para terminar la carrera y por cuestiones de la visa. Llegué a Montreal en pleno invierno, no habiendo conocido nunca la nieve. Creo que de ahí me nació el respeto y la admiración por la gente que emigra, dejando atrás familia, amigos, cultura y geografía. Cuando viajaba a Vermont y veía montañas me echaba a llorar.
En Montreal nacieron mis cinco hijos, y allá terminé, tomando cursos de noche, generalmente. Una maestría en Lingüística Aplicada. Había leído en Colombia un libro sobre lo que es el milagro del lenguaje y, desde entonces, supe que quería dedicarme a estudiar las raíces de esta capacidad humana sin igual. Al mismo tiempo que estudiaba en Concordia empecé a dar clases de español en la misma universidad. En 1988 decidí que quería seguir mi carrera e ingresé al Departamento de Lingüística de la Universidad McGill a cursar el doctorado, que terminé en 1999. Entre cuidar de mis hijos, enseñar tanto en Concordia como en McGill, y estudiar, me demoré muchísimo en terminar. Pensé que ya no conseguiría trabajo permanente, pero me encantaba enseñar español, así que no me preocupé mucho. Pero mi supervisora de tesis insistió que buscara un puesto con permanencia, y solicité en dos universidades: La Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, y la Western en London. Cuál no sería mi sorpresa cuando me ofrecieron ambos puestos. Estoy muy contenta de haber escogido London.
Llegué a London como Assistant Professor en 1999. Afortunadamente desde el comienzo me sentí en casa y pude obtener permanencia (tenure) en el 2004 y luego avanzar a ‘full professor’ en el 2009. En 2007 me otorgaron el premio Graham and Gail Wright Distinguished Scholar, y en 2010 el premio Edward G. Pleva Award que se otorga por excelencia en la enseñanza.
Al llegar, mi trabajo consistía principalmente en coordinar los cursos de español, pero logré establecer una licenciatura en lingüística hispánica, y luego añadimos una maestría y un doctorado. Los Estudios Hispánicos en Western han crecido enormemente, y para mí es un gran placer poder apoyar a los estudiantes, sobre todo a los estudiantes hispánicos que vienen de todas partes de España e Hispanoamérica a cursar estudios de posgrado. Fui directora de los Estudios Hispánicos Graduados durante tres años, y desde 2011 soy directora del Departamento de Lenguas Modernas. Nuestras relaciones con la comunidad siempre han sido importantes, entre otras cosas ofrecemos la Tertulia que es un grupo de conversación abierto a todos. También organizamos la tradicional celebración mexicana del Día de los Muertos en noviembre, ofrecemos películas en español cada dos semanas y celebramos la Noche Herética, noche de música, baile, y comedia organizada por los estudiantes. En los últimos tres años nuestros cursos de español integran lo que se llama ‘Community Service Learning’, programa en el cual prestan servicios a la comunidad hispana, por ejemplo a través de intercambios lingüísticos con hispanos que quieran practicar su inglés. Soy muy afortunada en el apoyo que he recibido de parte de mi familia, colegas y amigos.