China esconde una fuente de la longevidad o eso dicen los habitantes de Longmen, en la isla tropical de Hainan, que disfrutan de un manantial único con aguas de temperatura constante y un gran banco de «peces médico», ésos que, a mordiscos, se comen la piel muerta del visitante.
El manantial es el de Jiuwentangcun, la tercera fuente fría que se descubre en China, tras la ubicada en la isla de Taiwán y la de Heliongjiang (norte del país), pero la que más propiedades beneficiosas para la salud contiene en el país asiático, según datos oficiales.
Ello se debe a la gran cantidad de selenio o germanio que poseen sus 40.000 metros cúbicos de agua diarios -a una temperatura constante entre los 23 y 25 grados centígrados-, beneficiosos para la lucha contra el cáncer.
Y también al gran número de los llamados «peces-médico» que rondan por el manantial y que se afanan en mordisquear y arrancar la piel muerta a todo aquel que se atreva a bañarse.
De manera gratuita, se puede acceder a este paraje natural al que, de momento, acuden a visitar los habitantes de la isla pero donde, al igual que el resto de Hainan, no es muy habitual encontrar extranjeros.
El verde de la extensa vegetación se funde con el agua transparente y limpia del enclave donde la mayoría de visitantes se apresuran a meter los pies al llegar, si bien no el resto del cuerpo, una iniciativa destinada sólo a los más atrevidos.
De ahí que la imagen usual del paraje sea la de decenas de chinos que chapotean vestidos mientras comen, charlan o fuman, sentados en las piedras volcánicas del lugar para refrescarse de las altas temperaturas.
Los peces Garra Rufa centran toda la atención y conversaciones de los visitantes. Muchos de ellos tienen contacto por primera vez con estos animales en un hábitat natural.
Los Garra Rufa son célebres por mordisquear la piel muerta en busca de alimento, lo que ha hecho que algunos balnearios los utilicen en tratamientos de pedicura.
«Al principio duele un poco, pero luego te acostumbras y es hasta cómodo», comenta a Efe una joven hainanesa que, por primera vez, visita este enclave y que, junto a sus amigas, disfruta de la primera sensación de tener cientos de Garra Rufas que le mordisquean los pies.
Sólo los más atrevidos -y expertos- se lanzan al agua, cabeza incluida. Es el caso de los residentes de Longmen, quienes, antes de que el Gobierno lanzara una campaña turística de la fuente termal ya solían combatir el calor acercándose al enclave.
Descubierto oficialmente en 2005, el manantial fue empleado durante siglos como fuente de agua potable, regadío o el lavado de la ropa.
Tras su hallazgo, las autoridades de Hainan buscan su explotación como enclave turístico, apoyado en su bello entorno natural y su relativa cercanía a Haikou, la capital de la isla, de la que le separan 73 kilómetros.
Llegar para quien no conozca el lugar no es fácil, pero la clave es preguntar por «las aguas de longevidad».
La explicación de ello se encuentra al escuchar a una de las guías oficiales del paraje: «La gente del pueblo viene casi a diario y disfrutan de una gran longevidad. Son unos 1.000 residentes, y de ellos, unos veinte tienen más de 90 años», asegura.
El resto, prosigue, «luce una piel incomparable y no les aparecen arrugas seniles».
Es una opinión que comparte un vecino del pueblo, de 50 años y que, portando un minúsculo bañador, se suma a la minoría que se remoja de cuerpo entero en el manantial.
Tras echar una cabezadita cara al sol dentro del agua -la poca profundidad lo permite-, comenta a Efe. «vengo de vez en cuando. Es muy bueno para la salud… ¿Por qué no meterse entero?».
Tamara Gil/Longmen (China), 16 jun (EFE).-