Las autoridades israelíes demolieron anoche en Nablus (Cisjordania) la casa de un palestino condenado por dirigir y planificar un ataque en el que murieron dos colonos israelíes el 1 de octubre de 2015, un suceso que derivó en una ola de violencia que un año después sigue vigente.
«Durante la noche y de acuerdo a una directiva del gobierno, las fuerzas de seguridad derribaron la residencia de Amjad Aliwi en Nablus. Aliwi era parte de una célula terrorista responsable de planificar y ejecutar el ataque terrorista en el que murieron Eitam y Naama Henkin», dijo a Efe una portavoz del Ejército israelí.
Aliwi había sido condenado a dos cadenas perpetuas más treinta años de prisión por pertenecer a la unidad armada del movimiento islamista Hamás que organizó el ataque, por idearlo y facilitar las armas que se emplearon, informaron hoy la agencia palestina Maan y el diario israelí Haaretz.
Hace un mes el Tribunal Supremo israelí dio luz verde a la demolición punitiva de la casa de Aliwi, donde residía su familia, en aplicación de una norma gubernamental aprobada en 2015 para derribar las viviendas de los atacantes palestinos como medida disuasoria ante la violencia.
El matrimonio israelí fue asesinado cuando su coche recibió varios disparos mientras conducían entre los asentamientos de Itamar y Alón Moré, cerca de Nablus, al norte de la Cisjordania ocupada, junto a cuatro de sus hijos, que resultaron ilesos.
En aquel momento comenzó una ola de violencia que hasta la fecha ha causado 234 palestinos muertos -dos tercios de ellos al cometer ataques o presuntos ataques y el resto en enfrentamientos con fuerzas de seguridad- y 38 israelíes, dos estadounidenses, un eritreo y un palestino víctimas de los ataques. Jerusalén, 11 oct (EFE).-
